23 marzo 2018

Este Jueves, Relato: Juegos y Juguetes

Esta semana nos invita Dorotea a jugar en su convocatoria, así que ahí va mi participación...






Al final todos acaban rompiéndose. A uno que se le sale un brazo. A otro que se le rompe una pierna. Se les ensucia la cara y se le enmarañan los pelos hasta parecer estropajos. Y termino aburriéndome de jugar con ellos.

Al principio era divertido, por la novedad, supongo. Y porque hay algunos muy bonitos, como nuevos, apenas sin usar. Además antes duraban más. Eran mejores, ahora apenas hay alguno que balbucea un poco, o que llora o echa salivita por la boca que luego hay que limpiarle. Y darles de comer y beber. Todo un incordio.

Luego está dónde los guardas cuando ya no te sirven o están totalmente rotos. Cuando tienes una casa grande, vale, pero cuando no, ¿qué haces con ellos?

Dicen que una persona se hace mayor cuando deja de jugar, pues bien, yo creo que he alcanzado ese punto. Ya no me gusta jugar. Me aburre jugar ya. Me hago mayor. Ley de vida, dicen también. Puede ser. Todo puede ser.