02 abril 2006

Un retazo de algo

De repente ella, levantó la cabeza y le preguntó:
- Y tu, cuando mañana mismo ya no estés saliendo conmigo, ¿a quién le contarás todas tus confidencias y secretos?.
- A nadie.- respondió él.
Desde ese momento supo que su relación con ella había pasado para siempre, se cerraba la puerta para volver de ningún modo, ni como aquel inane amigo de tres o cuatro cafés al año.
Sus secretos irían con él a la tumba, todos los maravillosos y los menos maravillosos.
Apaga el cigarrillo y la vió alejarse calle abajo, ya era una desconocida y él apenas se había dado cuenta de ello.

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