Creo que el estado natural del hombre es "pajarear", esto es, se puede pasar horas y horas mirando las musarañas, tumbado sin hacer nada. Pues bien, yo suelo pajarear bastante, pero en otro sentido. En el sentido de hacer muchas cosas, diversas y dispersas, de modo que tengo siempre muchos frentes abiertos. Mi estado natural es la dispersión, estar entre las nubes, ir de rama en rama y de tema en tema, intentando profundizar en todos. Y eso es lo que ha ocurrido este verano, he pasado por la playa, o por las playas, he estado en el interior, he leido un poquito (menos de lo que me hubiera gustado), he comido mucho, he hecho deporte, he escrito (menos de lo que me hubiera gustado), he visto paisajes y, sobre todo, he satisfecho muchos pequeños placeres (no sean mal pensados, o sí, ¿qué más da?). A eso es a lo que llamo yo pajarear, estar haciendo muchas cosas, tener muchas cosas en mente sin realmente tener ninguna; aunque por otro lado pienso que han sido bastante completas las vacaciones. ¿Si he descansado? No lo sé. Sí que he desconectado y vuelvo con las pilas cargadas, espero que se note.
Por cierto que ya estoy aquí, de nuevo por la red, en una nueva temporada. Tengo cierta sensación de nochevieja pero sin cotillón, de "recomienzo" pero sin cava, de vuelta al cole pero sin cole ni exámenes y sin corticoles que canjear...señoras, señores, sean todos bienvenidos de nuevo a este su pequeño espectáculo de marionetas, a este pequeño retablo de las maravillas y de las miserias...