27 agosto 2009

Historial

La causa de su muerte la determinaría la autopsia, si bien ya se podía decir que no había signos de violencia. Igual le tocó Dios y como no controla su infinita fuerza, comentó un agente que revolvía entre los papeles de su mesa. Por el caos parecería que hubo ladrones y que buscaban algo. Ella, que lo conocía bien, sabía que ese era el estado natural de su mesa y de su vida, el caos, ahora que ella comenzaba a acostumbrarse a ese caos, va este y se nos muere; pero eso lo diría seguro al llegar a casa, que ahora estaba en el súper.
Repasaron lo que había en la cocina, lo que podría haber comido y nada hacía sospechar. En la basura, un bote vacio de gazpacho (no reciclaba el muy antiecológico), un yogurt de marca blanca (a pesar o por la crisis); la bolsa del pan llena, las macetas recien regadas; el ordenador encendido, nada extraño en el correo electrónico:chistes, un video guarro de desconocida procedencia y un mensajito de amor de su amada. Si fuera por el historial de navegación, nadie podría adivinar ni lo que estaba viendo, buscando o leyendo: wikipedia, información sobre la Paz de Westfalia, sobre Münster, sobre el origen de la razón de estado como principio de actuación en el ámbito internacional y sus consecuencias como injerencia en lo jurídico de lo político, una página sobre manicura francesa en las uñas de los pies, y otra de recetas...
Ale, llamen a su señoría, que venga, lo levante y aquí paz y después, gloria, que no están los calores ni los cerebros como para andar investigando misterios, comentó el sargento.
En la calle, el solano quemaba cuanto rozaba a su paso y, en la hora queda del mediodía, gatos y personas corrían a refugiarse a la sombra más fresca.

25 agosto 2009

Lola

De los tiempos del cannabis fueron las mejores frases que salieron de mi Waterman. La libretilla con todas las notas para una de las mejores novelas que se hubieran visto en los tiempos, se hundió sigilosamente, en un canal en Amsterdam, la tiré con el ceremonioso ritual con el que pasan a la posteridad los grandes autores y sus grandes obras. De esos tiempos las mejores canciones; la guitarra, vieja, comprada en Almería a un gitano cerca de la Alcazaba, sacaba sus mejores y más puros sones en cualquier plaza o rincón de aquella ciudad, hasta que la policía nos echaba creyendo que mendigábamos. De esos tiempos son el pelo largo y la barba rala. De esos tiempos son los humos y las bebidas en cervecerías inmundas del Centro. De esos tiempos las más extravagantes experiencias sexuales tras cristales tintados de sucio rojo sangre-pasión. Recuerdo de nuevo, como en espiral, olores, sabores, colores, cada vez que la escucho. Fue la primera canción que aprendí a tocar, la que mejor sabía, la que punteé la noche en que nos despedimos tras el último polvo de los muchos que pagué. Solo en Amsterdam o Londres sonaba tan bien como ahora en mi mente.

13 agosto 2009

Jueves



Por la tarde, el sol dorado se mece en las tranquilas aguas del canal; una garza con las alas desplegadas trata de atrapar los últimos rayos del sol; los patitos siguen yendo y viniendo dejando estelas triangulares que duran un segundo.



12 agosto 2009

Miércoles


Los patitos estaban nadando plácidamente cerca de la represa del río en una cálida y templada mañana de miércoles.
Foto: Ana María Morales.



05 agosto 2009

Yendo y Viniendo

Por cierto que en unas horas, vuelo, de vacaciones. Un pueblecito de Alemania y Ana, me esperan. También Amsterdam. A la vuelta les cuento. Como la vida misma, yendo y viniendo. Nos vemos pronto. Les sigo leyendo.

04 agosto 2009

Ideas

Yo creo que la cosa viene de lejos, de cuando aún siendo pequeño, sus padres lo mandaban a por el vaso de Cola-Cao, al baño a orinar y a la cama. Daba igual que salieran los antedemocráticos dos rombos o no. Cuando se acercaba la hora bruja, siempre, indefectiblemente, lo mandaban a la cama o a leer.
Así fue como nunca veía en la televisión los finales de los programas, tampoco el de las películas, ni las series.
Fue así como en el cine y durante nuestra primera cita, se salió cuando a la película le restaban cinco minutos para finalizar.
Fue así como todos los guiones que escribía (porque no se si he dicho que era guionista y dramaturgo y escritor amateur) no tenían final, aparecían cortados, se precipitaban, súbitamente, en un abismo infinito.
Alguna vez me confesó que era porque estaba buscando un final distinto a todos los demás, original, prístino, que no acabara en muerte o felicidad, en tristeza o alegría...y que si, en el interín, lo que escribiera, no tenía que acabar, pues no acabaría...y así durante toda su vida...