Debe haber algo telúrico en todo esto. El rasgueo de una guitarra que hiela la sangre. Se ilumina tímidamente una figura al fondo.Quiebra el aire un quejido negro de cante. Deslízanse figuras por el escenario. Suena el flamenco. Bailan las sombras en mágico aquelarre. Comienza el estado de inconsciencia. Son "Sueños" de Sara Baras (es un palíndromo).
Bailan las figuras al son de las guitarras, cantan las guitarras al son que le marca el taconeo de la artista. Saltan, trotan, se descomponen, hablan los sonidos, los tacones sobre la madera del escenario, se rompen y vuelven a armonizarse. Imposibles figuras, movimientos se deslizan...marcan pasos, inestables, fuertes, baile de llama, de fuego....
Ascienden los movimientos, lúbricos y estéticos, de cisne, amorosos...sale el alma gitana a contemplar su cuerpo desde fuera, es el éxtasis de los sentidos...espectáculo que es capaz de erizar y derretir a espíritus de hielo.
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