Tengo por profesión mis rutinas, como casi todos los urbanitas del mundo, como todos los de este siglo. Voy por la ciudad viendo sus caras, como entran en sus tiendas, van a sus trabajos y viven sus vidas. Es farragoso ser urbanita, la vida entre el hormigón y el asfalto.
Pero de repente encuentro apuntes de color, en el blog, entre libros, en mis letras y en las de aquellos que encuentran un ratito para escuchar poesía, para silbar o mirar a los ojos con mirada pura y verter soplos blancos al alma.
Hoy, la rutina gris se ha roto con miradas de pintura. Encontré en un cajón todos los marcapáginas que he ido coleccionando a lo largo de años, puntos de lectura, que poco a poco se amontonan para señalar en algún libro vivencias de personajes, historias de mágia, o simplemente mi vida, marcando las páginas de mis pasos, mis rutinas, de aquello que entre dos hojas en blanco aún ha de pasar.... ale a escribir, a soñar, a vivir.
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