Me cuenta Ana que Nueva Orleans era preciosa, muy peculiar, curiosa...me lo comenta mientras yo me desayuno en una taza del Café du Monde de esta ciudad; es un recuerdo que ella se trajo de allí...otro día me enseñará las fotos que hizo. Ahora yo pienso en el valor que esas instantáneas tienen, ahora son segundos de vida, pedacitos de historia.
Como siempre, cébase la mala fortuna con el que carece de medios, con el sur algodonero, con ese gueto dentro del capitalismo salvaje...
En seguida comentaré lo que me viene a la mente....de momento ahora callo apenas un minuto por respeto.
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