Hoy es la primera noche de verano, de esas bochornosas y de sueños empapados. Apenas sopla una pequeña brisa. Abro la boca como un pez para intentar cogerla toda. Tengo la frente perlada por el sudor. Fumo asomado a la galería y comienzo a ejercitar mi pequeña alma de voyeur. Me asomo a la vida de la gran avenida, con sus cuatro o seis carriles, o los que sean.
Allá enfrente se desarrollan otras vidas. En las colmenas de enfrente, las ventanas abiertas de par en par dejan entrever las suaves y sinuosas curvas de otras rutinas.
El viejo de aquel tercero que pelea como pez moribundo por un metro cúbico de aire. Aquel estudiante, es adicto al café, casi se huele desde aquí; ahora comienza su jornada de trabajo. Ha dejado junto al flexo el primer gran paquete de folios para los ya cercanos exámenes de junio; llega su todo o nada.
Se ven reflejadas luces de canales televisivos. Una pareja mira la televisión, se besan. Él cena con una bandeja sobre las piernas. Acaba de ver el fútbol. Cuando para el tráfico se entremezclan los sonidos que, guturales, vomitan los televisores.
Es la primera noche de verano, en el sopor del asfalto, cae rendida, poco a poco, la ciudad; perverso nido de escritores, lectores y voyeurs insomnes. En algún sitio ha saltado un gato por los tejados. En alguna parte alguien comete un asesinato también irresuelto como nuestras vidas.
Esta noche fue la primera noche de verano y muchos velamos en la ciudad.
"Mi vida aún no está resuelta... Creo que ninguna lo está.. Los primeros dias son siempre tan profundos aveces, o tan escandalosos, o tan miseros, o románticos.... Mis dias son siempre los mismos, quizá turnen sus emociones, pero todas casi iguales...Paz..."
ResponderEliminarCiao,
ResponderEliminarMe ha encantado. Es complicado plasmar tanta sensibilidad y conseguir metáforas tan bonitas dentro de tanto asfalto y tú lo has logrado. Un postal como tú las llamas preciosa. Super melancólico (ya sabes que eso me encanta) y genial descrito. Hasta tengo calor...
Besos,
aquí tuvimos la primera noche de calor el miércoles. Escuché la voz de los grillos, a varios gatos deseseperados, el correr del agua de la ducha en el piso de abajo. Intenté leer, comer, ver una peli. Escribir. Nada, en esas noches sólo se puede pasar calor, crucificado en la cama. Me ha gustado mucho, gracias por tus visitas y tu paciencia lectora. Un abrazo, Patricia.
ResponderEliminarYa comienzo a temer las noches ensopadas. La nana del grillo casi me compensa pero el cuerpo y la mente pierden el compás y ninguno de los dos consigue el descanso anhelado. Los vecinos insomnes se hablan desde las ventanas, en mi manzana casi cerrada, algunos acercan sus sillas a la puerta de entrada, otros protestan por el canto de ese grillo solitario que persiste, el de la nana. No tengo ganas de discutir con ellos así que... no digo nada.
ResponderEliminar:)