Ya habíamos terminado las clases. Eran los últimos días de junio; justo antes de que cada uno de nosotros abandonáramos la ciudad para pasar dos largos meses en la playa, en los que nos daría tiempo incluso para aburrirnos. Dani, Juan y yo, salíamos bien temprano, cuando el sol aún no calentaba en exceso el asfalto y la humedad aún dejaba respirar a todo bicho viviente. Jugábamos un rato al fútbol, hacíamos un poco el gamberro por el centro y, después, a eso de las doce íbamos allá. El calor para entonces ya era isoportable sin una sombra, un buen aire acondicionado o un buen baño. La piscina municipal era demasiado cara y, además nuestras madres no nos dejaban ir si no era acompañados de un adulto. Y ninguno quería venir con nosotros; ya se sabe, absurdas ocupaciones de mayores. Así pues, nos íbamos por los carriles a aquel chorro de agua que desembocaba limpia y fresca en el río, junto a la vieja fabrica que no ha mucho había dado en suspensión de pagos. Allí, nos quedábamos como nuestra madre nos trajo al mundo para bañarnos, en agua limpia, junto a la sucia y verdosa corriente que era el río por entonces. A un lado los frutales ansiosos de verano; arriba el sol inclemente; de frente el borboteo del chorro fresco.
Recuerdo aquella mañana en que vimos, junto a unos matorrales, una gran cantidad de moscas. Había un fuerte hedor, olía a podrido. Nos vestimos y acercamos al sitio de donde manaba el olor. Espantamos a las moscas con unos manotazos y vimos una informe masa negra de pelo y sangre. El perro estaba muerto. Yacía con dos fuertes golpes y una masa gelatinosa amarilla goteaba por uno de sus ojos. Lo tocamos con un palo, varias veces. Nos quedamos mirando un buen rato. Inerte. Nos fuimos de allí sin decirnos palabra en el camino de vuelta. Al día siguiente nos iríamos cada uno a "su playa", al alegre veraneo familiar. El día de antes habíamos tenido un pequeño despertar.
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ResponderEliminarAhhh que bonita la imagen de los días de verano con tus amigos; por otro lado la imagen del perro muerto, a que tratas de acordarte de otras escenas que han ocurrido en tu vida y no puedes tenerlas tan claras como esa? Es increíble el impacto que ciertos acontecimientos tienen en las mentes inocentes de los pequeños... lo más probable es que aun tienes el recuerdo del olor tan fuerte y marcado como si hubiese sido ayer...
ResponderEliminar(Y no puedo dejar de pensar en todos esos pequeños que están viviendo horrores en estos momentos, les han mutilado sus vidas ya nunca será lo mismo ya nunca se borraran esos recuerdos...)
Muy buen relato Max
Abrazos
La verdad es que creo que eso me ha sucedido a mí. Tengo recuerdos muy similares...
ResponderEliminarEsas pequeñas cosas se quedan ancladas en nuestro ser porque nos impactan de pequeños.
Muy bien escrito y como digo una postal casi común o compartida por toda una generación.
Saludos.
Un relato conmovedor y bien trazado su ritmo...Primera vez que vengo, pero no última
ResponderEliminarGab
Sentido relato, creo que tengo que volver más amenudo por estos lares.
ResponderEliminarSaludos
Pues de esas muchas en el pueblo, en mi niñez.
ResponderEliminarHoy me entero de que, en Segovia, han condenado a una mujer por abandonar su perro. Y me parece bien, muy bien.
Las cosas que en la niñez se toman por naturales, suelen parecernos truculentas en edad adulta.
La vida es así.
Un abrazo.
Qué fuerte son esas imágenes, casi violatorias de retinas inocentes.Anticipo de otras tantas por venir. Buen relato.
ResponderEliminarEn primer lugar,gracias a todos por las visitas.
ResponderEliminarEfectivamente,Luz la imagen del perro muerto la he visto en alguna ocasión y ha sido de las cosas que dejan huella.
Amigo Goathemala,esa escena me resulta curiosa porque es dificil vivirla en una gran ciudad como en la que estoy,es casi una escena de pandillero y campestre...de esas que hemos vivido casi una generación completa.
Bienvenidas Gabriela y Mireya,espero contarlas entre mis lectoras a partir de ahora.
Goldfinger,bienhallado,gusto en tenerle por aquí de nuevo.
He leído la noticia Susy y me ha parecido de lo más correcto,quizá me esté haciendo mayor ;) pero creo bastante necesario evitar en la medida de lo posible todo tipo de crueldad.