Ay!Un pequeño gemido salió de sus pálidos y finos labios al contacto con el calor. Una vez se hubo secado la fina película entre sus dedos le recordó el tacto de la piel de porcelana del rostro de su madre, cuando ella la tocaba justo antes de dormir y de la canción de cuna que, todas las noches le cantaba.
La primavera no solo traía frondosos olores de los bosques cercanos, la floración de los cerezos sakura, sino que también hacía salir de sus escondrijos a las abejas, su humilde laboriosidad, la dulce y rica miel y la fina cera para su trabajo...
Evocador...
ResponderEliminarMe parece un anticipo de los que habría que desarrollar sí o sí. Vamos a ver por donde tira el texto. Desde luego promete.
ResponderEliminarSaludos.
Sugerente..., escribirás, verdad? Un besazo!!
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