La vuelta al cole de las nubes ha supuesto que estas discutan, se enfaden y, cabreadas, descarguen su enfado en gris lluvia, pero ya pasó. Hoy a lo lejos una campana marca las seis de la tarde; es la hora en la que más da el sol dorado en mi ventana, calienta, ilumina, ilusiona. Ulula el viento por todas las rendijas de la casa, parece que secuestra al silencio. El café humea en la taza; un libro reposa su sabiduría en la mesa baja de comedor. Siempre lo digo, septiembre es un estado de ánimo...en cualquier caso siempre es un comienzo de algo, y eso es bueno.
Pd. Para ELLA y para Xaises por hoy y por distintas razones...gracias y felicidades
Cada vez que huele a cafe me acuerdo mucho de ti, me quedo oliendo el aroma y parece que, de un momento a otro, vas a aparecer con tu humeante taza. Gracias por este post y por otras muchas cosas. Por ti y por ELLA.
ResponderEliminarEscribes tan bien que me has despertado unas incontenibles ganas de tomarme un café.
ResponderEliminarUn abrazo.
Primer Otoño, si, Max. Y promesas para otros otoños venideros y para ese estado de ánimo tan especial que destilan.
ResponderEliminarYo me acuerdo de ti al escuchar el rasgar de la pluma contra el papel, será porque en una ocasión hablamos de ello, del encanto que tiene una felicitación o una carta manuscrita, aunque ya no se estilan. Te debo mail. Pronto. Besote para ti y para tu Ella.