Hoy también planteamos otro tema que ha de preocuparnos o más bien avergonzarnos. Me refiero al hecho de que haya 1.000 millones de gente hambrienta en el mundo. Según los datos de las organizaciones y salvando honrosas excepciones (países nórdicos), la media de lo que dedican los estados para la pobreza, luchar contra la pobreza, no alcanza ni el 0,3 % de su PIB, de media claro. Imaginen por un momento que llegan a medio día, con ese hambre canina que nos da a todos a esa hora; miramos en el frigorífico y no hay nada; las tiendas están cerradas, peor, no hay tiendas; afuera un sol abrasador, sequía, barro cuarteado, caminos que no llevan a ninguna parte y tierra roja y ramas secas de lo que una vez fue un árbol. Ahora imaginen que eso es España...pero tenemos suerte, aquí hay comida, comodidades, incluso lujos para algunos...somos realmente afortunados. Es un deber ético y moral hacer algo, por poco que sea, informarse cuanto menos y pedir a los gobiernos que hagan algo, que planteen algo, que cumplan lo que prometen.
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