Llega otro año más el 8 de marzo y explota en violeta la totalidad de la península ibérica. La realidad poliédrica que es la mujer y su mundo, y sus cosas, asaltan los telediarios y los medios. Error. No son "sus" cosas, son las nuestras, las de todos y todas y más allá de las grandilocuencias de los políticos, del humo que se vende en muchos puestos, lo único que veo es que hay mucho, mucho por hacer, ponerse el mandil y a trabajar por la igualdad, algo que quizá solo se logre con una verdadera insumisión femenina. La declaración más inteligente que he oído esta semana, la de la Comisaria Viviane Reding (algo que llevo yo sosteniendo hace tiempo) no me gustan las cuotas pero funcionan (ha venido a decir). Y me ha parecido la más interesante porque el cambio que pretendemos para las mujeres de todo el mundo ha de partir de nuestra parcela, cuando hayamos arreglado nuestro cómodo apartamento, podremos exportar bienestar y mejoras y democracias. Otro ejemplo que emociona por su valentía. Por desgracia, queda mucho por hacer y mañana será otro día internacional de lo que sea y muchos aparcarán el violeta-esperanza y trabajo hasta el año que viene. Yo no. A trabajar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario