Por un lado rodeándonos, la
enorme estación de Munich. Del otro, nuestros pequeños e ininteligibles billetes
de la DB Bahn en la mano. Menos mal que habíamos podido encontrar una máquina
expendedora que funcionara en español. Andén 6 destino Salzburgo, una excursión
cortita para visitar la cuna natal de Mozart.
El traqueteo y el madrugón
hicieron que te durmieras a las primeras de cambio. Yo iba mirando por la
ventana el bucólico paisaje de los Alpes lleno de florecillas amarillas y
verdes praderas hasta donde alcanzaba la vista. Y montañas, altas cumbres que
debíamos atravesar o subir para llegar a Salzburgo. Tu respiración acompasada a
los saltos de las traviesas y tu cabeza apoyada en mi hombro. Una nube
imposible tapó el sol por unos segundos y ante el tono gris que adquirió todo,
no pude evitar pensar que, quizá, por estos mismos raíles habían viajado de ida
sin vuelta muchos judíos durante la segunda guerra mundial. La vida a veces es
en blanco y negro.
No sé el tiempo que
llevábamos de viaje cuando, al fondo en la falda de la montaña, apareció la
enorme boca de un túnel que se tragó el tren. Al instante las luces del convoy
se encendieron despertándote.
El tren seguía avanzando,
pero yo ya no era capaz de distinguir si de modo rápido o lento. Al asomarme
por la ventana para intentar vislumbrar algo, el cristal me devolvía la imagen
sonriente tuya y del resto de pasajeros. El tiempo dentro parecía no tener fin.
El túnel tampoco. A mi me parecía que la marcha aminoraba mientras fuera era
continúa la oscuridad.
A nadie parecía preocupar que
pudiéramos llevar horas o quizá ya días recorriendo un túnel hacia no se sabe
dónde. Yo ya no entendía. Seguía intentando adivinar algo fuera, pero un color
muerte lo colmaba todo. Pensé que podíamos estar parados. Que alguien vendría a
rescatarnos. O que estaríamos perdidos para siempre en este túnel. O que, o que…tú
seguías jugando con un mechón de pelo. Te miré suplicante y sonreíste. Suspiré.
Fuera creo que seguía el traqueteo y la inexorable oscuridad.
Un viaje entre ausencia y realidad
ResponderEliminarMuchas gracias Tracy por la visita
ResponderEliminarBesos y abrazos
Bienvenido amigo. Un relato que va ganando en intensidad y que el final queda incierto ante lo que pueda pasar. Ahí está nuestra imaginación.
ResponderEliminarUn saludo
En ese punto en donde la irrealidad se abre paso en medio de nuestro mundo palpable, el pasado y el futuro puede hacerse presente y los sitios mutar hacia formas que ya fueron o aún no se concretaron. Muy interesante tu relato.
ResponderEliminarSaludos jueveros...y bienvenido al grupo!
=)
Me encanta la atmósfera que has recreado, y esa sensación de irrealidad dentro del túnel donde seguramente quedaba la estela de los judíos que no regresaron nunca.
ResponderEliminarBienvenido al grupo y muchas gracias por participar en mi convocatoria.
Un beso
Gracias, Carmen por pasarte y por la bienvenida...espero tener el tiempo suficiente para esta gran aventura...
ResponderEliminarNeo, muchas gracias...es que el tema túneles da para mucho ¿verdad?
Charo...gracias por abrir la puerta...me estoy asomando poco a poco y creo que me puede gustar...
Bienvenido a los jueveros!
ResponderEliminarTu relato es intenso, tiene un clima de suspenso que va aumentando hacia el final, con pasajes de pensamientos melancólicos sobre una historia que da escalofríos.
Me gustó mucho leerte.
Un abrazo.
El tren que se detuvo en el tiempo. Los trenes que pasaron y que nunca debieron llegar a su destino. Fuera, la tragedia; dentro, ella acariciando su pelo y sonriente. De todos modos, algún día habrá que salir del túnel... O no?
ResponderEliminarUn saludo y bienvenido al club.
Bienvenido a los jueves. Interesante relato lleno de intriga. Me gustó como suavizaste el final.
ResponderEliminarBesos.
Un viaje mezcla de irrealidad y sueño, pero veo que más llevadero por la compañía bella de quien se acariciaba ese mechón de pelo.
ResponderEliminarBienvenido a este grupo.
Un abrazo
El tiempo y el espacio esos grandes puntos sobre los que gira nuestra existencia y ese túnel que nos aleja de nuestras coordenadas. Bienvenido Max a este grupo juevero. espero que nos veamos por aquí. Un abrazo
ResponderEliminarDecididamente un túnel es el pasaje perfecto para que la realidad se funda en un sueño, da sensación de fuerte congoja!
ResponderEliminarAbrazo
Fuera, el incesante traqueteo y la más absoluta oscuridad en un tiempo que se intuye eterno. Dentro, la seguridad que proporciona la sonrisa y cercanía del calor humano.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu relato.
Bienvenido a este grupo de amigos amantes de las letras. Nos leemos por aquí.
Un abrazo.