Otro final de marzo. Una ligera
brisa retoca los ramajes de los árboles y dejan caer los cerezos sakura algunas
flores blancas que alfombran ligeramente el suelo. Yo he vuelto a recorrer la
distancia que separa Osaka de Tokio para encontrarte. Tu marido ha quedado
ocupado en los siempre graves asuntos de la oficina. Mi mujer estará en este
momento arreglando y limpiando la casa.
Esa misma brisa que susurra a
los pétalos, mueve tu moreno pelo negro. Nada tiene que envidiar tu piel a la
pureza de las flores blancas de los árboles del jardín imperial. Yo, por el
contrario, llevo un ramo de rosas rojas que me señalan al fondo del camino. Me esperas
con las manos juntas. Los remolinos de pétalos juegan casi a hacerte
desaparecer. Tus perfectas simetrías se alzan rebeldes frente a las del parque
en el que todos los años nos encontramos. Tú, eres toda primavera. Mi estado de
ánimo es blanco como este jardín ahora.
Llego hasta ti. Beso tus
labios y me sonríen tus ojos. Me abrazas como si fuera la última vez, como
todas las primeras. Beso tu cuello y un lunar justo al comienzo de la infinita
espalda. Suspiras un segundo y nuestro aire se hace perfume, tu perfume; ese
que añoro de primavera en primavera, en este jardín.
Recorremos, cogidos de la
mano, los senderos del parque. Jugará nuestra piel a que se ama, como viejos
enamorados, como cuando estábamos casados.
Y al atardecer, cuando las
sombras de los edificios se alarguen con el sol esquivo y tardón,volveremos al
jardín, donde nuestro tiempo se detuvo y eclosiona blanco año tras año. Nos despediremos
y yo cogeré el gris tren de las nueve hacia Osaka.
Y en las noches, sopla entre las ramas un fresco viento de primavera, que susurra a las bellas flores de su jardín, las
nuevas historias de amor.
Más historias donde Alfredo
No siempre la seperación implica desamor.
ResponderEliminarMe gusta este amor que florece cada primavera en esos hermosos jardines. Seguro que será un amor eterno.
Muy delicado y bello el relato.
Muchos besos
Un texto muy romántico que promete millones de historias de amor, algunas fugaces, en un oriente que parece de ensueño.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué maravilla la descripción que haces de un encuentro tan añorado en un jardín de ensueño. Es una delicia de relato, tan sensual y tan exquisito...
ResponderEliminarComo nos veremos luego, aprovecharé para que me expliques una cosa que no entiendo muy bien...pues das a entender que los dos amantes ya estuvieron casados?...
Hasta luego!
Un texto muy poético pero lo veo irreal. Quizá por eso me gusta. Una pasión romántica con la ex. Buena idea y bien plasmada.
ResponderEliminarHermosa y poética manera de celebrar una historia de amor que, parece, no resulta posible.
ResponderEliminarUn abrazo