Me he comprado unas botas de cinco o seis días, para saltar por las semanas como un gigante, cinco días de los que he logrado recordar lo que me gusta, lo que siento y vivo; salto con mis botas las horas grises, las rutinas y las arrugas que fruncen el ceño con cabreos sin sentido. Y así se mueve mi tiempo, que se cubre del verde de las horas libres, del frescor de aguas, vientos y mares, lejanos y cercanos. La semana solo sirve para completar y poder pagar lo que con mi vida quiero hacer el resto del tiempo. De viernes a viernes y tiro porque me toca, de ver a Ana...¡Ufff! Ana y esos lindos ojos azules llenos de oceáno y libertad....a volver a verla.
Por unos instantes he logrado vencer al tiempo, borrarlo, crearlo, modelarlo como barro en mis manos....saltando sobre él, a saltos con mis nuevas botas de gigante.
Dame por favor el nombre de tu zapatería, unas botas para andar solo por la felicidad. Que Buena idea
ResponderEliminarGracias por la visita :)
ResponderEliminarUish! me ha encantado este post... saltar las horas grises y moldear los días... pasos y repasos... me voy corriendo.
Amigo Max:
ResponderEliminarSi calzas un 43 no dejes de hacérmelo saber. Te estaré muy agradecido.
compañero Ray,efectivamente calzo un 43.De todos modos el gusto ha sido mío
ResponderEliminarGracias