Las manchas de coca-cola saltan si, inmediatamente después de la salpicadura, se les da con un poco de agua, en otro caso, no hay manera. Y allí estaba, una pequeña gotita en la camiseta nueva azul, además en la zona del pecho, que es donde más se ve. Tu mirabas de modo extraño porque justo en la misma zona pero en el lado izquierdo, llevabas una gotita de otra salpicadura; ¿cómo se quitarán las manchas de salsa agridulce o la de soja que sirven en los restaurantes chinos?. Acabamos los dos platos de setas y no se que más en salsa de no se cuántos, y salimos del restaurante. Aranjuez tiene, a la hora de la siesta, una verde tranquilidad en el centro histórico. El coche lleno de compra para la casa. También nos hemos decidido por un árbol de rojo ramaje en su copa, para la esquina de la jardinera en el patio. Se nubla la tarde. Las primaveras suelen ser tormentosas y, donde hace una hora había verde y sol, ahora hay un gris plúmbeo. Ruge el horizonte y se va desgranando la tormenta a cada paso que damos...descarga la nube y descargamos nosotros. Una gota, dos y, de repente un aluvión de gotas como monedas de dos euros; hacen salpicaduras del calor del asfalto, y levantan el olor a tierra mojada que en los pueblos no se ha perdido. Cuando llueve es cuando quiero salir a pasear, a humedecer el alma y refrescarla. Sin embargo, miro desde la ventana de la cocina, contando las gotas que le caen a la pequeña plantita del alfeizar. Veo como llegan las nubes, pasan las nubes y se van por encima de nuestro tejado...las tardes de primavera son de tormenta, las tardes de los sábados sin tormenta no serían lo mismo...que ya habrá tiempo para el sol...
Un relato que huele a lluvia.., que buena sensación para empezar la mañana :)
ResponderEliminarbesos
Maravilla de texto, de tormentas y de tiempos húmedos. Somos criaturas de secano y todo lo umbrío nos fascina.
ResponderEliminar¿Será un Ciruelo Pisardi? Tiene una bella historia ese árbol, un día se la contaré.
Disculpe el tiempo sin pasarme pero estos amigos franceses con sus prisas laborales nos tienen agobiados.
Abrazos.
Muy acogedor que llueva un sábado día de tregua, sobretodo si ya has hecho la compra y es tiempo de compartir una tacita de te o café, mirar la lluvia por la ventana, saborear el placer de estar juntos en medio de la calma de la tormenta.
ResponderEliminarMuy bello como siempre Max
Abrazos
Un placer verla de nuevo por aquí,Eowin...
ResponderEliminarEstimado amigo Goathmala,maneja usted información privilegiada...esperamos ansiosos la historia de ese árbol-arbusto..
Luz, me alegro que le guste cómo escribo y me alegra contarme entre sus lecturas...
gracias a todos...en cuanto tenga un hueco prometo pasar a responderles en sus blogs