Dos cosas sorprendieron a la policía
portuguesa cuando detuvo a Abelio. Una, fue la enorme cantidad de información
que tenía en su cabaña a las afueras de la localidad de Loibos. Abelio guardaba
en una libreta anotaciones de todos y cada uno de los transportes que durante
años había estado realizando. Todo con sus fechas, destinos y mercancía. Estraperlo
siempre de noche, siempre con el vello encrespado y alerta a través de ese
incierto y boscoso límite que era la frontera entre España y Portugal.
Y la segunda fue que, en una
de esas anotaciones, Abelio contara como una noche se riló cuando en uno de
esos viajes vió como un objeto desconocido y muy luminoso descendía del cielo y
del mismo salían unos extraños seres verdes que, tras un rato deambulando y
olisqueando por la zona, terminaron perdiéndose en la inmensidad del bosque. Él,
aterido más por el miedo que por el frío, tras un matorral, pensó que se
trataría de algún artefacto volador que estaría probando la guardia civil
española para evitar el contrabando. Nunca lo supo porque únicamente fue capaz
de hacer dos o tres viajes más. Desde aquel momento siempre tuvo la impresión
de que el bosque tenía más ojos de los habituales y que la guardia civil
siempre le estaba pisando los talones. Entonces consideró que sería mejor pasar
las horas de oscuridad al abrigo de la lumbre en su cabaña, que la noche era
para los lobos.
Mucho más en la casa de Charo
Y muchas gracias a mi gran amigo Goathemala por inspirarme la idea
No es tan disparatada esa idea, con inventos como los drones.
ResponderEliminarMmmm..
ResponderEliminarme parece muy real la historia
Puede ser creíble la historia de tu protagonista. Está clase de tipos, después de sus fechorías se esconden en los bosques, como también son las zonas predilectas por los alienígenas. Buen relato, Max.
ResponderEliminarSaludos
Una historia muy particular que mezcla historia con ficción.
ResponderEliminar=)
Muy bueno Javier! Ja, ja ....claro, hombrecitos verdes por la noche en la frontera....quién va a ser?....pues la Guardia Civil, claro...o no?...Quién sabe lo que vio Abelio?.Desde luego has sabido dejarnos con la duda sobre lo que vio tu personaje y a la vez darle un toque de humor al relato.
ResponderEliminarMuchas gracias por participar!
Un beso
Muy buen relato Javier. Una historia sobre ovnis desde la vida semitroglodita de un hombre sencillo. Yo diría, una historia de polos opuestos.
ResponderEliminarUn abrazo.
P.D.: Parece que el problema de mi blog se solucionó solo. Interesante el comentario que me dejaste jeje
Pobre. Viera lo que viera, fuera lo que fuera, cambió su vida.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Abrazos.