Los viejos periodistas cuando nos retiramos, perdemos todo contacto con las noticias y con la actualidad. La verdad es que, a nuestro alrededor, se conforma una nueva realidad paralela, ajena y diferente de cualquier otra, de cuadros marrones y bata de guatiné. Lo más importante que perseguimos ahora es el sol de mediodía y la sección de dulces del Mercadona (cada cosa tiene su tiempo). En el periódico te dicen las "jovenes promesas" que vuelvas cuando quieras, que te pases y mires. Eso, solo mirar, porque la realidad, su juventud, las noticias, alcanzan una velocidad a la que uno ya no llega. Es más, a la que no quiero llegar. Porque a base de tanto correr, las cosas se quedan anticuadas en minutos y a las "jovenes promesas" les salen surcos en la cara con la misma velocidad con la que se despacha la última guerra, la última víctima de violencia (¿machista?). Con esas cosas-noticias, a esas edades, la vida es tan desmemoriada como a nuestras edades, en nuestro caso puede que sea un incipiente alzeimer, en su caso una especie de demencia juvenil. Las noticias se olvidan al sonido de un chasquido. Pensándolo bien, su realidad es también paralela a lo que está pasando de verdad, va dos minutos por delante de la vida, la arrolla y se olvida. Hoy he decidido que no me voy a volver a pasar por el periódico ni ver ningún noticiero. No me interesa. Las noticias más importantes que me puedan contar, ya me han pasado.
3 comentarios:
Pues tampoco a mi me interesan demasiado las noticias. Siempre son más de lo mismo. En realidad, hace tiempo q me jubilé de muchas cosas.
Un besico.
Gracias por pasarte Sara.
Un saludo.
Cuanta verdad tiene lo que dice este jubilado. Tienes una gran facilidad para transladarte a otras mentes.
Un abrazo.
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