31 diciembre 2012

¡¡Espíritu Navideño, coño!!

La gente se arremolinaba en la puerta de la oficina tras el cordón policial. Cuchicheos, algún grito de susto y más y más gente que llegaba a ver qué estaba pasando; qué accidente había tenido lugar o qué nuevo pirado había descargado su furia tiroteando a diestro y siniestro. Cuatro ambulancias, dieciséis coches de policía, dos de bomberos y un helicóptero que sobrevolaba las azoteas de los edificios. Esos mismos altos edificios que, a fuerza de no dejar pasar el sol, habían convertido la ciudad en un sitio más gris. Los SWAT llegaron a la escena del crimen y se pertrecharon cogiendo su impedimenta. Tras ello y un estudio de la situación por parte de los mandos competentes, con aire cucarachil, se fueron dispersando entre la multitud y subiendo a diversas atalayas, ventanas, puertas, cubriendo todos los ángulos que, en la matemática y la balística de la situación pudieren existir. 
La gente comenta: un pirado que ha entrado en la sucursal bancaria. Se oye: y va disfrazado de Papá Noel. ¡Claro, para no despertar sospechas! Aunque en esta ciudad ya casi todo el mundo las despierta, porque el carácter de los ciudadanos de M. hace mucho tiempo que se volvió agrio y desconfiado. ¡Ho, ho, ho! Grita a lo lejos otro Papá Noel desde los grandes almacenes de enfrente. Unos cuantos metros de asfalto y parece que hemos dado la vuelta al mundo; nada parece ocurrir al otro lado de la acera. Tras el cordón policial, la vida fluye como siempre y es que la gente ya está un poco harta de noticias...de todo tipo. Los periodistas, en esta época son los nuevos apestados sociales sobre los que se pueden cargar las culpas.
Lo cierto es que las imágenes pixeladas de las pantallas de los televisores muestran el morbo, muestran las caras de expectación de la gente porque pase algo que poder colgar en su muro de facebook. Los ciudadanos de M. más que animales políticos se han convertido en seres que lo único que necesitan es alguien que les escuche lo que sea.
Las imágenes pixeladas de las pantallas de los televisores muestran como, dentro de la oficina, Papá Noel, anda repartiendo regalos entre los empleados, clientes y el agente de seguridad que se encuentran sentados en el suelo. No sabemos, porque no se escucha, aunque se intuye en los gestos y los vaivenes, pero hasta parece que les obliga a cantar algún villancico. Ha levantado a una señora, parece que la obliga a sonreír.
A punta de lo que parece ser una pistola ha obligado a dos empleados a darse un fortísimo abrazo. Se abraza la gente dentro de la sucursal, cantan y sonríen. Vuela el papel de colorines de los regalos que se han intercambiado. El director de la sucursal hasta ha sacado un pequeña botella de whisky que guardaba en algún cajón...son segundos de felicidad eterna para todos los que se encuentran dentro...
Porque los que están fuera no saben qué pensar. Los SWAT andan varios minutos pidiendo autorización para dejar seco al tío ese que se empeña en repartir un poquito de felicidad y a escuchar. El comisario al mando de la operación no sabe qué orden dar, si entrar o que paren de cantar o...
Al cabo de unos minutos, dentro de la sucursal todos andan sentados en un enorme corro. Ríen tranquilos, a alguno se le han subido los colores a la cara. Pero, por los gestos, se denota que la felicidad ha un rato que ha marchado para otro lugar...todos se despiden y abrazan...
En las pantallas pixeladas de los televisores se ve cómo Papá Noel se entrega, sale a la calle, deja su saco rojo de felicidad a un lado e, inmediatamente, dos gigantescos agentes se abalanzan contra él para detenerlo.  No llevaba arma reglamentaria más allá de una de chocolate que luego se comió. En el saco llevaba regalos como corresponde a estas fechas. Ninguno de los presentes en la sucursal, presentó cargos y el fiscal, cuando llegó el momento de acusar dudó entre el tipo penal de detención ilegal con la atenuante de FELICIDAD MENTAL TRANSITORIA, algo muy grave a decir de todos; o el de coacciones con la atenuante de REPARTO DE REGALOS Y SONRISAS.
Yo por mi parte lo condené a 20 meses de trabajos en beneficio de la comunidad, que habría de cumplir en un centro de su elección. Que me expediente el ministro si quiere...
(Desde este blog, Feliz año a todos, prósperrimo 2013)

06 diciembre 2012

La que espera

Se ha apretado el muslo con la mano derecha y se ha descubierto piel de naranja... Bueno, el frío tiene que ser magnífico para esto; pero la próxima vez me traigo o las mallas o los pantalones elásticos imitación de vaquero, que ya no está el tiempo para estas exhibiciones. O también puedo traer una mantita y dejarla en la silla. ¡Hola! Permítanme  presentarme. Yo soy la que espera, aunque en realidad me llamo Juana y soy de Y, un pueblo de aquí al lado. Tengo el pelo moreno aunque como verán me lo tiño de rojo. Tengo los ojos azules y grandes, algo que a mi madre le gustaba muchísimo. Mi trabajo es esperar, para eso tengo esa sillita de cocina venida en el tiempo desde los años setenta. Aunque casi siempre estoy de pie, que hay que mostrar bien el producto que una vende, andando de aquí para allá, en este cuartito de terreno. Antes todo era mucho más fácil. Estábamos en el local, sí, ese de los conejitos en las chimeneas, y dábamos cenas de todo tipo que luego, el que quería compañía se venía con alguna de nosotras a las habitaciones y allí, sumisas, o hacíamos o nos dejábamos hacer, según el caso. Luego una ducha, un buen enjuague y a otra cosa mariposa. Estábamos, por lo menos algo resguardaditas, que si alguno se ponía tonto, venía Gabriel, el segurata cubano que nos cuidaba, como un arcángel a salvarnos. Era gracioso porque teníamos para avisarlo un botón de alerta parecido al que hay en los bancos.
Pero bueno, ya sabe...que con la crisis, ¡dichosa crisis! la gente está más desanimada, ya no venían los empresarios de la zona a cerrar sus acuerdos y a abrir otros campos de negocio entre cubatas y cubanas; hicieron un E.R.E. en Wurth y muchos de sus trabajadores que, durante la semana, entraban y salían a echar un polvo rápido cuando iban de M. a O. repartiendo, dejaron de venir; el dinero de la indemnización y el paro lo necesitaban para mantener a sus familias. Yo a todos les decía, desde mi cómoda postura boca arriba, que todo pasaría, que la crisis esta no puede durar muchos años. Y ahora mírame, he tenido que diversificar y salir a buscar el trabajo, porque el trabajo no llegaba a donde estábamos. 
¡Cuántas veces, habré repetido yo que la vida es un círculo! Ahora lo veo claro. El mío es eterno y se limita a esta rotonda a las afueras del polígono en la que, dando vueltas, soy la que espera. 

15 octubre 2012

The Power of We

Un año más tomamos acción y conciencia con el Blog Action Day. Si pasáis por aquí de cuando en cuando sabréis que se trata de una iniciativa por la que blogueros de todo el mundo nos unimos para levantar la voz por una buena causa o poner el foco de luz sobre algún tema. Este año, como el título dice, nos referimos al poder de We, del nosotros. Es curioso que se plantee el tema este año, justo en medio del caos de crisis que estamos padeciendo; caos por muchos motivos, por el exceso de información que nos hace saber de todo en ciento cuarenta caracteres pero, a la vez, no saber de nada; caos porque unos cuantos que NO FORMAN PARTE de ese nosotros han estado haciendo y deshaciendo a sus anchas y quieren continuar haciéndolo sin ningún control y por un mero afán crematístico; caos porque las ideas se han arrinconado y se han quedado en un extremo al que es difícil llegar con un mínimo de normalidad de pensamiento; caos por la absoluta mediocridad de unos líderes y políticos encastillados en posiciones absurdas, un cúmulo de prejuicios y absolutamente miopes o ciegos (directamente) para liderar un proyecto a largo plazo ni nada que, ni remotamente, se le pueda parecer; caos, porque se ha olvidado a las personas. Ahora se trata de calmar a los mercados, impedir que la prima de riesgo se dispare, que la Bolsa suba o baje...la Bolsa o La Vida...no hay individuos, ni colectividades en esos cálculos...las personas, nosotros, hemos pasado a un segundo o tercer plano. No sabemos para qué gobiernan, no sabemos para qué recortan, no sabemos donde estamos en esta época y lo peor, no sabemos a dónde nos llevan las personas que pusimos para que, como líderes que son, intentasen manejar la situación. No se puede esperar nada de unas personas de las que se piensa que uno mismo podría hacerlo mejor...por eso, 
NOSOTROS que no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades sino que hemos puesto a memos y a gente absolutamente mediocre para gobernarnos, se lo decimos a la cara...adopten medidas o márchense.
NOSOTROS no somos contingentes (como se diría en Amanece que no es poco) sino necesarios; NOSOTROS somos los secundarios de lujo que hacemos girar todas las ruedas.
Es para NOSOTROS las personas, para las que se ha de gobernar, no para los mercados...
NOSOTROS tenemos el poder, y podremos y sabremos cómo utilizarlo...porque las personas somos el futuro...y NOSOTROS estaremos para verlo...seguro...

29 agosto 2012

Agosto es lo que tiene

Agosto es lo que tiene, cogían vacaciones nuestros padres (las madres nunca las han tenido) y se hacía perenne su presencia en el patio sentados, leyendo el periódico o limpiando uno a uno los radios de las ruedas de las bicicletas para, después engrasar estas; era "el ya estoy de vacaciones" personal que el paterfamilias se imponía como ritual anual. Después una compra grande para el mes para abastecer las necesidades de su "desnutrida" familia y listo; por delante, toooodo un mes de desayunos al aire libre, paseos por el puerto nuevo y el viejo, peregrinas visitas a la plaza de abastos a por pescado y las siestas de verano, largas y plomizas como un día de invierno. 
Y es que en agosto, venían también los amigos de Madrid, con sus vidas doradas que, siempre parecían mejor que las nuestras, que si Madrid tal, que si Madrid cual...que si en Madrid voy a un sitio de tal, en Madrid parecía todo grande; lo es y aparte hay mucha gente por todos sitios... Más tarde con el tiempo uno se da cuenta de la realidad, aunque ya intuía yo entonces que, los que llevaban escudos y camiseta del Atlético de Madrid, tenían una vida menos dorada o más de barrio que los que la llevaban del Madrid; estos sí que eran pijos, pijos; los otros se acercaban más al ideal provinciano que teníamos en el pueblo, parecían más reales. Lo cierto es que llegaban casi de madrugada y, ¡pop! en la mañana del día 2 de agosto, allí te los encontrabas, en tu puerta saludando para contarte todo un año en el que no se había tenido el más mínimo contacto, tan efímeros son los veranos. Empezaba entonces nuestro pequeño ritual de puesta al día, muestrario de los últimos comics de Garfield que no habían llegado a provincias, lo último de Sabina que nosotros no teníamos en original y los interminables juegos de roll que estuvieron de moda en la temporada invernal y a los que la luz del verano sentaba mal (yo siempre creí que a los monstruos del averno y demás seres oscuros los deshacía y derretía el verano peninsular), sin frío y lluvia fuera no eran lo mismo. También el cine de verano en sesión doble, con sus inagotables golosinas y los duros asientos que a todos nos dejaban el culo cuadrado; y los paseos, y los atardeceres ya menos eternos en agosto, y...y después terminaba agosto y se iban los "chamarileros" de las novedades capitalinas y los de provincias, nos quedábamos algo huérfanos de solaz y de amigos; estos volvían a sus vidas normales en Madrid, a sus trabajos los padres, a sus colegios los amigos, todos a sus barrios y a sus casas...En el pueblo, el viento helado de la mañana, marcaba el inicio de la temporada de soledades, para grandes y pequeños, de rutinas...ahora creo que lo único que cambia es el nombre del viento que da inicio a los invernales, el resto, es casi idéntico...sobrevivir... 

10 agosto 2012

The Season of the Witch


En la época de las brujas en el pueblo no se podía concebir porque, se decía, dependiendo del tiempo, el nacimiento no se llevaba a cabo o el bebé nacía malparido. No era nada científico, pero durante este periodo, todas las embarazadas que había en el pueblo, pasaban por la parroquia, cuando tenía lugar el septenario por las fiestas de la Patrona, para rezarle y que no se les yermase la madre. Aunque, oficialmente, la misa del martes de las fiestas, a las seis de la tarde, fuese para la ofrenda de los niños y las familias. Alguna vez también intuí yo que pasaba por mi casa alguna mujer. Y digo intuí, porque en plena canícula en el verano, a esas horas del mediodía yo tenía que estar durmiendo la siesta, pero como pasaban por la corrala a la habitación del fondo, muchas veces no podía evitar oír los susurros y los pasos quedos. Y muchas veces, me deslizaba del camastro, atravesaba el patio y me asomaba al ventanuco, desde donde podía observar sin ser visto. La mujer que estaba embarazada o creía estarlo, se desnudaba por completo y se tumbaba boca arriba en un viejo colchón de lana que, cuando no estaba para estos usos hacía las veces de cama de “invitados”. En la habitación había una zafra de la que se cogía un poco de aceite y se untaba la barriga de la mujer; después con el dedo y el aceite y sobre la barriga se hacían determinados símbolos y se recitaban unas oraciones que nunca alcancé a escuchar; tras ello se colocaba encima del aceite una ramita de olivo y una espiga de trigo formando una cruz de San Andrés; se volvía a rezar algo; por último se retiraban las ramas y se limpiaba la barriga con agua, que se recogía en un cacharro junto con el aceite que llevara. “Este cacharro con el agua y el aceite lo conservas, en él metes la rama de olivo y la espiga y lo tienes hasta que se sequen; pero fuera de casa, no debe por nada del mundo entrar en tu casa…una vez secas lo quemas todo donde sea…” Yo me volvía a la cama para no ser descubierto y, ya desde la ventana de mi habitación, veía salir a la chica con su bolso de esparto para llevar el tratamiento y la tranquilidad en las entrañas…en esa hora de la tarde en la que no pasa nada, se paran los relojes y, a lo sumo, algún gato camina cansinamente por algún tejado en busca de una sombra que le preste acogimiento. 

06 agosto 2012

Perisgrundvägen

Perisgrundvägen es una pequeña localidad al norte de Helsinki, al oeste de Finlandia en la que Brad Olessün tiene su pequeña cabaña. Brad, dedica sus días a talar los troncos de las coníferas que hay en el bosque cercano, en virtud de una concesión que tiene del gobierno finlandés. Pero a sus 62 años Brad, ha considerado que ya no tiene la misma fuerza para manejar el hacha y la sierra y puso un anuncio en internet para aquellos interesados en continuar con su importante labor en el bosque y en su cabaña. Pero Brad, no quiere dejar en manos de cualquiera sus queridas herramientas, así que está llevando a cabo una especie de “casting” para seleccionar a la persona idónea que sepa desempeñar el trabajo y se adapte bien a la vida de leñador. ¿Qué tengo yo que ver en todo esto? Pues que respondí al anuncio y me voy este mes de agosto a superar la prueba y desestresarme cortando enormes troncos. Se me ha prometido un buen sueldo, atardeceres eteeeerrrrnos y una bebida compuesta con laurel, miel y whisky que elabora el propio Brad y que se toma caliente. Con todo, lo que más me ha interesado ha sido poder hacerme con su colección de pipas y tabacos especiados…
Creo que en la mochila me llevaré mis calzoncillos pulgueros, los vaqueros viejos y, como no, mi camisa roja de cuadros y franela. También algún libro para cuando el viejo Brad y yo terminemos la jornada poder leer algo antes de dormir. No entiendo el finés y, es más, me han dicho que el acento de la zona es tremendamente complicado, pero bueno, creo que ambos pondremos buena voluntad y que, esa pequeña inconveniencia no deba ser un problema...

06 julio 2012

VII---Felicidades

Querido blog, 
Permíteme que hoy me muestre más como autor y que no seas tú el que llena mis momentos sino que sea yo el que llene tus huecos con palabras. Hace unos días cumplías 7 años. Ni más ni menos. Empezamos esta andadura un 25 de junio de 2005...y ahí seguimos, con muchas, muchas letras...y relatos e historias. Y he de decirte que, incluso nada más que teniendo 7 años, nos quedamos anticuados. En esta generación de los bombardeos en ciento cuarenta caracteres, que pueda haber espacios en los que dialogar con palabras (y no con emoticonos), leer cuentos o soñar historias, parece algo de otro tiempo. El tiempo virtual en la red y este tipo de cosas pasa mucho más rápido que el real, y los que escribimos, y decidimos decir palabras e historias somos una especie de lutiers y andamos siempre reparando calmas, sosegando realidades y contándolas con la parsimonia y cuidado con el que se toca lo recién reparado o rehabilitado...
Querido blog, tú no te preocupes que, tenga tuiter, ebook, etc...nunca dejo nada abandonado y mucho menos rincones tan bonitos (con cierto arrebol lo digo y me sonrío)...porque además, en sitios como este se encuentran otros lutiers maravillosos, geniales contadores de historias, amigos para toda la vida...y toda esa gran arquitectura de palabras y sentimientos no se puede dejar para que coja polvo....
Gracias a ti y a todos por hacer posible este espacio...y felicidades...

25 mayo 2012

Ana


Hace todo y todo lo hace bien...¡Brindo por poder compartir tus segundos, tus primaveras!

05 mayo 2012

Homo Erectus

No veo apenas nada más que figuras verdes moviéndose de un lado para otro. Para las pruebas me han quitado las gafas y no distingo nada bien. Únicamente a la anestesista que es morena y muy guapa, soy capaz de identificarla y es porque se ha acercado a explicarme que van a pincharme un sedante para que no tenga dolor alguno durante el proceso. La sigo un poco con la mirada en su constante ir y venir entre todas las camas que hay en esta sala. Me siento observada, me dice. No se preocupe que soy miope. Hay un frío blanco en la sala y a mi solo me han tapado con una sabanita que no me llega ni a los hombros. No me extraña que los virus no aguanten esta asepsia, con lo a gusto que se está fuera en el calor del naciente verano. 
Tras un rato de idas y venidas de muchas figuras difuminadas, se acerca el doctor a mi cama. ¿No irá usted a operarme?. No, todavía no; primero hay que hacerle unas pruebas para comprobar el estado de las cosas; lo que ocurre es que el protocolo indica que, las extracciones de tejido y demás comprobaciones, han de hacerse en quirófano. 
Me explica el proceso. Tienen que extraer un poco de tejido de la médula para comprobar, me dicen, si ha habido alguna mutación genética, cromosómica o proteínica "contra evolutio". El resto son tecnicismos que, por más y mejor voluntad que ponga el doctor en explicarme, creo que jamás entendería. 
Amigo, me dice finalmente, vamos a comprobar porque usted camina erguido, cuando todos sus congéneres humanos no lo hacen ya. Creemos que es el único caso en el mundo; todo el género humano caminando otra vez "agachado" tras millones de años y...¡pop!, de repente, en pleno siglo XXI un señor que camina erguido. No dirá que no es un caso a investigar...seguro que se sentía raro cuando iba por la calle. 
No, sí, si yo...

11 abril 2012

Tésis (que he encontrado por ahí)

Jean Philippe Marouac es considerado por los críticos y expertos en arte como el fundador del realismo tal y como lo conocemos en la actualidad. Sus cuadros gozan del privilegio de la mirada, la perspectiva, e interpretación que su autor hace de la realidad que le rodea. Además la época que le tocó vivir era propicia en acontecimientos y se prestaba dulcemente a ser retratada. El París de finales del XIX y principios del XX constituía para nuestro autor, un enorme lienzo en el que plasmar o del que coger toda su fuerza creativa; su potente pincelada, casi violenta en los albores de su carrera, igual refleja a la alta burguesía, con sus señoras y sus criadas (por cierto, muchas de ellas españolas), que a la más mísera prostituta del Montaparnasse. Con sus cuadros Marouac se convirtió en un testigo de excepción de una época, comienzo de la melancólica y maravillosa decadencia que es París en la actualidad; si bien, no fue conocido, ni estudiado, ni apreciado al "no aportar nada significativo a los movimientos de vanguardia al uso de la época" (Modernisme á Paris, un art decádent, E. Blesson, Editores Reunidos, 1968, página 315). Era lógico, entre la diversidad de las vanguardias, la totalidad de movimientos pictóricos, podríamos decir, de fachada, porque duraron poco o nada para la influencia que se les ha querido dar después, Marouac era lo más parecido a un fotógrafo, pintaba realidades.
Es, sin embargo, a partir de los años 80, cuando, ante el inexplicable auge que tienen las instalaciones y la pérdida de rumbo que toma la pintura como tal, cuando se descubre o redescubre a este genio de la normalidad. Y todo, a raíz de un misterioso personaje que se halla en todos sus cuadros. Es un transeúnte que, unas veces aparece de espaldas, otras mira un escaparate distraído, toma un café o un vino en un cenador, sentado frente a un periódico, otras mirando al pintor mientras este "toma" su fotografía...Y decimos que misterioso porque, al momento de redactar esta tesis, ninguno de los autores estudiados, y que serán referenciados oportunamente en la bibliografía de este ensayo, han dado cumplida y certera explicación de ese personaje. Los más creen que se trata del propio autor que juega a introducirse en sus cuadros al modo que lo hiciera Velázquez en Las Meninas. No se comparte esta opinión, por cuanto en nada se parece físicamente al autor y porque, razón fundamental, el propio Marouac, no sabemos si jugando al despiste, lo negó en la única entrevista a TF1 de él conocida. Lo cierto es que ese transeúnte de traje gris, constituye en casi todos los cuadros el punto de fuga por el que " se escapa o diluye" el cuadro. Una vez hallado ese personaje, lo demás se borra, se difumina y pasa a un segundo plano. Esté o no mirando al espectador, cobra una fuerza inusitada constituyéndose en el elemento central del cuadro que, a la par, dota al mismo de una equilibrada estructura y da sentido al resto del lienzo. [...] (Hombre de Gris, Redescubriendo a Marouac, Univ. Autónoma de Chile, año 1998)

27 marzo 2012

Día Internacional del Teatro

Dramatis Personae.

  • Bobé, el pianista del "tudo bem"
  • Pepe, extremeño hemipléjico.
  • Javier, desesperanzado habitual, tomando chocolate a primera hora de la noche. 
  • Un camarero.
  • Un televisor con el sorteo del Euromillón puesto.
Salón-cafetería de la primera planta de un hotel de cinco estrellas. Es la primavera portuguesa. La noche se cierne ya, fresca y fragante sobre la capital del Tajo. Bobé comprueba su boleto antes de marchar a casa y habla con Pepe que apura su whisky antes de subir a su habitación. Gasta silla de ruedas porque cayó mal en la mili en un entrenamiento con los paracas. A pesar de eso sigue tirándose desde el avión. 

Javier espera a que se enfríe un poco el chocolate que toma todos los días desde su extrañamiento en Lisboa y apura un pasteis de Belem que acompaña a la bebida. 
El camarero hace que recoge y limpia, aburrido.
El televisor suena a bolitas con números y a sorteo. 
Fuera parece que truena. La suerte ha vuelto a pasar de largo.

pd. Día mundial del teatro. Día mundial de la vida. Esto lo dedico hoy a Antonio Tabucchi, gran enamorado de Lisboa también y que esta semana se ha convertido en mito.  

08 marzo 2012

8 de Marzo

Llega otro año más el 8 de marzo y explota en violeta la totalidad de la península ibérica. La realidad poliédrica que es la mujer y su mundo, y sus cosas, asaltan los telediarios y los medios. Error. No son "sus" cosas, son las nuestras, las de todos y todas y más allá de las grandilocuencias de los políticos, del humo que se vende en muchos puestos, lo único que veo es que hay mucho, mucho por hacer, ponerse el mandil y a trabajar por la igualdad, algo que quizá solo se logre con una verdadera insumisión femenina. La declaración más inteligente que he oído esta semana, la de  la Comisaria Viviane Reding (algo que llevo yo sosteniendo hace tiempo) no me gustan las cuotas pero funcionan (ha venido a decir). Y me ha parecido la más interesante porque el cambio que pretendemos para las mujeres de todo el mundo ha de partir de nuestra parcela, cuando hayamos arreglado nuestro cómodo apartamento, podremos exportar bienestar y mejoras y democracias. Otro ejemplo que emociona por su valentía. Por desgracia, queda mucho por hacer y mañana será otro día internacional de lo que sea y muchos aparcarán el violeta-esperanza y trabajo hasta el año que viene. Yo no. A trabajar. 

06 marzo 2012

Verde

Mis recuerdos de infancia son verdes. Del mismo color que los muebles y las densas cortinas que cubrían las ventanas que daban a la calle. La habitación tenía una cama vieja que perteneció a la abuela y en la que, según creo, terminó sus días. Allí estuve yo postrado dos años por mis problemas de columna. Al principio de estar e, imaginándome a la abuela en la cama expirando, me sentí unido a ella, pensando que esa cama iba a ser el anticipo cómodo, de latex o viscolástica de un féretro...para los dos. Para mi alivio, al momento de escribir estas palabras, no ha sido así. Recuerdo particularmente las siestas en el invierno cuando el sol comenzaba a entrar por la ventana, en un lapso de una hora, se llegaba a la almohada y se quedaba un ratito calentando el cuerpo y el espíritu. Luego se despedía lenta pero amablemente y seguía su recorrido universal hacia otros lugares. Fuera podía hacer mucho frío que, a la hora de la siesta, entre las 3 y media y las 4 y media, el sol pasaba a visitarme. Desde mi posición de firmes, tumbado, con el corsé atado a la cama y sujeto al techo con unas cuerdas y una polea, antes de que llegara el sol, atisbaba un trozo de cielo, azul las más de las veces, gris, otras, perlado de amatista en los atardeceres. Yo no me podía mover, pero el universo seguía haciéndolo por mí. A través del cuadrado de ventana intuía algo parecido a la vida; oía conversaciones que había en la calle, el ladrido de los perros, otros niños o mis amigos, jugando en la calle...el resto me lo imaginaba....
Siempre he pensado que tenía suerte, porque la habitación de un enfermo no puede ser verde. Blanca sí, a lo sumo con algún tono azul; y sin espacio apenas. En una mesilla, un perenne vaso con agua para tomar las pastillas contra el dolor, un bajoplato y la jarra, de cristal, más o menos moderna, con un trapito para taparla o una tapa de plástico de las de ahora, dependiendo de la época.
En la otra mesilla, los libros, los cuadernos, los deberes, las lecturas obligatorias, que el homeschooling no está admitido legalmente en España, es una especie de cannabis educativo. Y junto a los "aperos" de enseñanza, los otros libros, los de verdad, los que salían por el recuadro azul que era el cielo reflejado en la ventana y me llevaban fuera de la cama, más allá de la casa y de mi defecto-cuerpo. Entonces no había televisión; bueno no había para tener dos televisores en todas las casas. Había en el salón y punto, núcleo familiar desde que la caja tonta se convirtiera en algo así como una prima charlatana: una más de la familia.
Yo mientras tanto arriba, siempre arriba, tabla-cuerda y rigidez; escuchaba las conversaciones y veía a mi madre desvivirse por el hijo postrado en un constante ir y venir de la habitación verde a todas las demás partes del mundo.
Durante esos dos años mi mundo fueron los pasos sibilantes de mi madre, el azul del pequeño rincón de cielo que me había tocado en suerte y el verde, verde siesta, verde convalecencia, verde...

28 febrero 2012

Los Patos de Central Park

Ahora, con el borboteo de la cafetera como sintonía de fondo de mi mañana, escucho las noticias que una presentadora muy guapa lee apresuradamente con los ojos fijos mirándome. No me gustan las noticias de la mañana aquí, en España. A las nueve de la mañana aún no ha pasado nada y lo único que reflejan los informativos como los espejos del Callejón del Gato son noticias del día anterior, mascadas, pero envueltas en el papel de regalo nuevo de la mañana; en la era de la información son viejas ya. Además no cuentan con el reposo que tienen las de los periódicos, que también te cuentan las noticias del día anterior, pero con el sosiego que otorga, haberse sentado el redactor en su mesa y en su silla, haber encendido el ordenador y haberla redactado: es una viva voz argumentada. 
Cuando estaba en Nueva York, la rutina era la misma, pero los informativos de las 8 o las 9, tenían una enjundia y un peso del que carecen aquí. Siempre los veía antes de ir a La Institución. Allí, sí pasaban cosas. En España tengo la impresión de que el tiempo pasa más leeento, pasan menos cosas, pero las siento más reales. De todos modos, echándome el café todas las mañanas no puedo evitar pensar, al mirar la hora, que ahora mismo estaría abriendo sus puertas La Institución; o comenzando a entrar gente en Wall Street; o abriendo la biblioteca de la universidad y su bibliotecaria, española, comenzaría a colocar los libros que los estudiantes habían dejado por las mesas de consulta y los sillones de lectura. A esta hora, los patos de Central Park comenzarían a salir para ir buscando gentes que les echen pan para el desayuno. 

08 febrero 2012

Motown Records

Verdaderamente la confesión no tiene la más mínima importancia, la hice en la penúltima edición de los Grammy (esa decadente mezcla de histrionismo y pop sin instrumentos) y el revuelo que se armó fue muy gordo, aunque no era para tanto o para nada. Además, los periodistas, amasadores de realidad, llevaron mis palabras mucho más allá de lo que realmente decían. Cuando dije que Stevie Wonder no tocaba el piano en ninguna de sus actuaciones públicas en televisión, no insinué que no lo tocara nunca, sino que en sus actuaciones en televisión, desde que el mundo es mundo, no tocaba el piano. Pero el resto sí que era en directo. Los demás sí que tocábamos. Él por el contrario, se limitaba a cantar y hacer como que tocaba, pero los teclados no sonaban; o no estaban conectados, los eléctricos; o pedía expresamente que no le pusieran micrófono al piano para que ni una mota de sonido saliera de sus dedos durante la actuación. 
Esto no quiere decir, como en el Daily Post llegué a leer, que fuera un farsante. En el estudio de la Motown Records, lo podías encontrar siempre delante de un piano o un teclado arrancándole quejidos antes de los ensayos y las grabaciones. De una simple nota, era capaz de hilar toda una canción que, si se daba bien, podíamos grabar esa misma mañana. Vaya si tocaba. Además, durante los ensayos, cuando giraba la cabeza era para comprobar que el bajo sonaba perfectamente como él lo imaginaba; que las guitarras gritaban con la coquetería soul de una mujer sureña y que los metales (sobre todo trompetas) olían a New Orleans y sonaban a su bourbon. Todo tenía que ser puro, como en su cabeza. Y como lo pensaba, lo grababa, con la perfección de sonido del batir de las alas de una mariposa, con la perfección del viento entre los pinos o la respiración de un bebé...

30 enero 2012

Pollock

¿Cómo definiría yo mi pintura? Fractal, mi pintura es fractal. Se ve igual en una pequeña proporción o porción de cuadro, que en un cuadro por completo, o en un enorme mural como el que estoy elaborando y que ahora ocupa casi toda mi cochera. La verdad es que sin ser famoso y sin haber tenido nunca una exposición, puede ser un poco presuntuoso, pero yo compararía mi obra (y eso que solo tengo dos cuadros) a la de Jason Pollock. Sí. Eso es. Pollock. Por eso dejé el taller al que iba con otros principiantes, porque mis ideas eran otras. El primer año habíamos empezado con dibujo cuando lo que a mí me interesaba era ya el óleo. Mis compañeros me miraban raro, pero es que yo estaba más allá. Lo que a mí me interesaban eran las matemáticas, las ciencias, buscar en la pintura una exactitud no figurativa, "numerizar" los sentimientos; que lo que alguien sintiera al ver un cuadro mío se pudiera objetivar y transformar en una cifra, pasar a un lenguaje binario. No me interesa la tercera dimensión, ni la profundidad de lo real. Mi pintura y yo, vamos más allá del sentimiento. No quiero provocar sensaciones como esos jovenes pintores de ahora creen que debe ser el arte; no quiero exaltar sentimientos. Quiero hacer pensar, llegar a la parte más numérica y automática del cerebro del observador. Quiero "lo plano", lo númerico, lo matemático, porque eso es lo más real que hay en el mundo y lo más cerca de dios que puede estar el hombre, si es que existe.