Bajo la luz roja, únicamente
soy capaz de distinguir el blanco de los ojos de mis compañeros. El resto es
ruido y frío. El sonido del helicóptero es ensordecedor; y aunque debería estar ya acostumbrado, esto
es como los exámenes de la carrera, por más que uno sepa la materia no se
termina de acostumbrar. Por la puerta abierta, retazos de desierto y de dunas.
Arena que se ondula al son de nuestras aspas. Uno, dos, tres Tiger. Y no es la
canción infantil. Sonrío ante mi propio chiste. Siento un ligero aturdimiento y
el chicle que mastico no sirve de nada. No es el mal de altura. Un poco
entumecido el brazo donde me pincharon; a la altura del hombro está un poco
hinchado. Lo cierto es que, de todo lo que me iban explicando sobre terapias
génicas, mapa del genoma humano y demás aclaraciones, solo me quedé con que,
desde la puesta en marcha de los efectos de la dosis, comenzaría a olvidar el
castellano y a pensar y poder hablar perfectamente en pashto y dari. La sustancia
inoculada, intervenía a no se qué nivel cerebral, y no sé cuáles receptores
genéticos, y permitía controlar perfectamente un idioma con nada más estudiarlo
y escucharlo un par de días. Mi entrenamiento duró una semana. El tiempo de la
misión sobre el terreno haría el resto. Podría recordarlo todo pero no
expresarlo en castellano nunca más. Después, me las tendría que apañar si
quería volver a aprender de nuevo cualquier otro idioma. Únicamente debía
transmitir información, para todo lo demás, no era nacional, nadie me conocía
ni me iría a rescatar en caso de problemas. Cuando el general médico me
preguntó si tenía alguna duda o pregunta, dije que no. Ni las tenía ni creo que
me las hubieran podido resolver.
Hemos parado en el aire y el
tiempo parece suspendido. Se enciende un piloto verde. Se despliega una cuerda.
Me toca pisar el desierto. En un perfecto pastún, me despido de mis compañeros:
وداعا وداعا
Con tanto idioma no había puesto que hay más historias donde Juan Carlos al que agradezco desde aquí los idiomas de mi blog
Un relato impecable que atrapa en su ficción desde el inicio. Me encantó!
ResponderEliminar=)
Nos situas en la escena y en la piel del protagonista, haciendonos partícipes de esta historia impecablemente escrita. Me gustó la idea y la forma.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un relato que parece ciencia ficción, pero que mucho me temo que no esté muy alejado de la realidad en cuanto a comportamientos dirigidos e inducidos por medio de fármacos o lavados de cerebro. Magnificamente escrito y que engancha de principio a fin. Mi enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Increible; pero nunca se sabe, la realidad más de una vez ha superado a la ficción.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un abrazo
Muy buen relato, ficción pura, me atrevo a decir, y vaya, sacando el inconveniente de que el idioma de uno se termina borrando de la mente, no estaría mal que me inocularan un poco de inglés (que el mío es muy básico) y algún otro idioma que me sirviera por si me hago algún viajecito algún día a tierras ignotas!
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
Llevo unos relatos esta tarde en que cada cual me sorprende, me conmueve más. El tuyo, con ese toque conspiranóico, me ha encantado.
ResponderEliminarGracias por participar. Un abrazo.
Muy buen relato que atrapa y se siente en cada linea. Le ha tocado una dura misión al protagonista que debe dejar sus raíces para poder cumplir con su cometido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sin duda alguna, es un buen relato de visión utópica, y futuristica muy bien logrado. Fue un placer leer tu creacion.
ResponderEliminarSaludos
Me siento yo también presa de esa historia alucinante....
ResponderEliminarConvincente ficción que nos mantiene pendiente de ella, hasta el punto final.
besos
Uff!!!
ResponderEliminarvaya que historia me dejo una sensación extraña de desolación
Una ficción que no lo es tanto en el fondo. En la forma lo es admirable.
ResponderEliminarMuy buen texto, sugerente.
Abrazos
A parte de muy imaginativo, a mi me ha dejado como un vacío enorme, perder el idioma de uno es como perder la propia personalidad, el no volver a poder hablarlo a no ser que se aprenda me da miedito, creo que has hecho que entendamos perfectamente todo lo que implica un idioma, no se si el resto de compañeros captan esta sensación, pero a mi me ha dejado los pies helados! jajaja, si, que pasa, se me congelan los pies cuando algo me preocupa, cosas raras!, miles de besosssssssssss
ResponderEliminarFantástico! Desde el primer momento conseguiste captar mi atención e intrigarme.De momento parece ciencia ficción pero lo veo bastante posible y el final...no sé pastho pero me imagino lo que dice. Por otro lado te queda la sensación amarga y de profunda tristeza al saber que no volverá a hablar castellano. Muy buen relato, te felicito!!
ResponderEliminarUn beso