Es todo un espectáculo vernos a mis
compañeros y a mí dejarnos caer, despeñarnos, arrojarnos desde los acantilados
para zambullirnos en el océano y alcanzar el duro objetivo de unos pececillos o
unos crustáceos que llevarnos a la boca. Nuestras cortas alas no permiten otra
cosa y, aunque el agua está fría, siempre solemos lograr algo, por pequeño que
sea. Ahora el tiempo manda que tenemos que marchar a alta mar, que ya en
invierno retomaremos las costas, los escarpados acantilados y se nos podrá ver
otra vez, con el plumaje renovado, hoyando la roca para proteger nuestras crías
frailecillo de las gaviotas, demás depredadores y de las curiosas y masivas
miradas de los de SEO Birdlife, que no nos dejan vivir durante los meses
costeros. Que el periodo de cría sea fructífero y a la vuelta, podamos vernos
todos de nuevo en la colonia o sociedad nidificante como nos llaman algunos…
(Una licencia para dejar descansar la conexión...iré conectando algún día, aunque no se si podré publicar...de momento dejamos un rato el blog en stand by...esperando, que seguro que algo ocurre. Besos)
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