20 diciembre 2005

El decreto

La primera vez que vio a la niña, no pudo evitar que se le escapara una lágrima que corrió veloz por su mejilla siguiendo el dictado de la aún desconocida ley de la gravedad. Jamás después, vi al más poderoso rey y emperador llorar por nada. Era sonrosadita, de grandes ojos color miel,tierna, sonriente...¡Es la criatura más bella del mundo!En ese momento le dió una esclava de oro que los más famosos orfebres habían creado para la ocasión.
La niña siguió creciendo y suave y dulce siguió siendo su belleza. Su padre le daba los mejores presentes que en el mundo pudiera haber. A cada cumpleaños más bella la niña, a cada año mejor regalo. Y como el rey y emperador más poderoso del mundo comprobó que no podía regalar a su niña todo lo que quería instauró dos cumpleaños, en dos fechas. Uno de ellos sería el oficial, el otro solo para recibir sus regalos. Así desde el 29 de agosto de 1536 la princesita tuvo dos cumpleaños, dos fechas en las que su padre podría regalarle todo cuanto quisiera...por decreto modificó el tiempo.

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