Todo empezó cuando al llegar a casa, vió sobre su mesa aquella caja que había traído uno de esos mozos de mensajería urgente. Él no recordaba haber encargado nada, es más, sabía a ciencia cierta que nada había comprado. Quizás había sido alguien de su familia que había encargado algo porque estaba cercano su cumpleaños. Preguntó y no. No era así. Ni el nombre ni la dirección se correspondían con los suyos. No le da importancia. "Habrá sido un error de la mensajería". Ha llamado y allí le dicen que no hay error posible, pero ni el nombre ni la dirección se corresponden con los que él tenía. Ningún dato más le había dado una señorita con voz seca.
La caja no llevaba remitente, pero pesaba. Dudaba si abrirla o no. Varios días estuvo pensando, cavilando, si tenía derecho a abrirla o debía dejarla. Ora sí. Ora no.
Cuando al fin se decidió a quitar la cinta de carrocero que unía las dos solapas superiores y vió aquello, supo por un segundo y para siempre que su vida había cambiado y que ya nada volvería a ser igual...nunca...
3 comentarios:
por dios! que habia adentro??????
(no nos mates con tu suspenso, gracias)
dentro puede haber lo que tu quieras,o no haber nada.De todos modos quién no ha esperado algo,un paquete,cualquier cosa?y esa impaciencia,esa comezón??
arrrrgggg!!! pues yo también quería saber!!!! jajajaja
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