25 septiembre 2008

Colorín-Colorado

"Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado". Y cuando comprobaba que el pequeño tenía la respiración pausada de cálidos sueños, con movimientos muy lentos apagaba la pequeña lamparita de estrellas azules de la mesilla y como una sombra se deslizaba, saliendo del cuarto del niño correspondiente. En esos momentos, suena la puerta; entran los padres, intercambian unos saludos protocolarios, unas monedas, unas palabras y marcha....
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"Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado". Cuéntame otro, anda, porfiiii. No, por hoy ya está bien, que me tengo que ir. Además, no debes hacer ruido que vas a despertar a tu padre y mañana tiene que madrugar mucho para ganar dinerito y comprarte los cromos de Los Gladiadores Americanos....
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"Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado" Este niño no se duerme. Por la escalera suben voces y gritos de una discusión acalorada que termina de repente con un chasquido seco al que sigue un leve gimoteo. El niño se ha metido debajo de la sábana. Él, aunque procura no coger cariño a los pequeños, lo ha destapado y le ha dado un beso en la frente. No te preocupes que todo pasará pronto, muy pronto...
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"Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado" Recoge sus cuartillas de la última visita que realiza esa noche o esa tarde; amontona en su mochila todas las ideas e ilusiones que a la noche siguiente contará de casa en casa y deja, tranquilamente dormidos y soñadores a niños solitarios. ¿Y por qué a Pinchauvas no acabó comiéndoselo el lobo?. Porque, en el fondo era bueno y el Lobo lo vio en sus ojos. Ahora duerme que tus padres vienen a darte el beso de buenas noches. Yo volveré otro día.
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"Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado". La nota sobre el ramo de rosas blancas marchitas era poco expresiva pero clara. Abandona la mochila en un rincón y marcha a tumbarse, agotado, a la cama fría que Blanca ha dejado deshecha y revuelta al marcharse con su historia a otra parte. Quizá la vuelva a ver en alguna visita ocasional, quizá haga de ello un cuento; y quizá, solamente quizá, vengan a contárselo a él, mientras arropa su soledad.

3 comentarios:

Pedro J. Sabalete Gil dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Impregnado de una belleza triste, otoñal. Apropiada para el caer de las hojas.

Un abrazo.

Tana dijo...

Me has dejado sin palabras. Vuelvo a leerlo. Me encanta. Un besote