31 diciembre 2011

Feliz 2012 ¿o no?

El día era muy frío como, por otro lado, corresponde a la época en la que estamos, el último invierno. Las calles estaban abarrotadas de gente con sus particulares quehaceres diarios, con sus compras navideñas, con sus ilusiones puestas en estas fechas o sus anhelos puestos en lo venidero. Me entré en una cafetería del centro y me senté en una mesita cuadrada junto a un gran ventanal desde el que podía ver las carreras y andares de la gente, vislumbrar sus llamadas de teléfono, sus gestos y, sin oír nada, podía imaginar lo que estarían contando o gritando.
El camarero apareció. Le indiqué que tomaría un café con leche y uno de los bollos que tenía en la barra. En la mesa de al lado, dos señores o chicos (que no sé bien, porque uno ya está entrado en años, muchos), hablaban en un tono un poco alto, acerca de la cosmogonía, teogonía, la creación de los mitos, el caos inicial y el orden del mundo actual y su fin. Por segunda vez el camarero apareció ante mí, esta vez con mi café con leche y mi bollo. Esparcí despacio el azúcar y comencé a removerla, más atento a la conversación de la mesa de al lado que a la propia acción de disolver el polvillo blanco. Los dos hombres seguían departiendo acerca de las creencias, que si por qué no creíamos a los chamanes y aztecas y sí a lo establecido en la ley de dios; que si tenían el mismo valor; que si la concepción lineal de la historia de la religión cristiana y, otra vez, que si el fin del mundo, que según los aztecas y su calendario era para 2012. O sea que, en 2012 todo se acaba. Suponían, ellos dos, que el fin vendría por algún dedo mal apretado en alguna arma termonuclear; ya saben, Corea, Irán, etc... o por la rebelión de los hambrientos o por la falta de agua...ese iba a ser nuestro fin del mundo, tal y como lo conocemos...Pedí la cuenta y la aboné al instante con el importe justo. 
Me abroché la gabardina negra y me acerqué a la mesa en la que estos dos "arreglaban" el mundo. Se están equivocando. En verdad os digo que el fin del mundo es, efectivamente en 2012, y que no se tendrán que preocupar por las causas, llegará y punto. Será un fundido en negro, como cuando se acaba una emisión (les dije por hacer un simil que pudieran comprender) y sin carta de ajuste. Fundido en negro y todo habrá acabado. YA ESTA. YO LO SE. Y salí para siempre de la cafetería. Ni siquiera me volví a ver sus boquiabiertos gestos. 

1 comentario:

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Buenísimo, actual y palpable. Creo que sí, que será una luz fundida y nadie percibirá el motivo. Qué más dará, no tendremos que pedir responsabilidades a nadie, ni quejas ni hojas de reclamaciones.



Un abrazo.