Leí por ahí (nenufarismos) algo que decía "Inventario, yo soy toda orquesta" y me gustó la idéa del resumen, del mirar hacia dentro, parar y echar la vista atrás. Pues bien, viernes, resumo la semana. Semanas de peces, en las peceras que tenemos ahora por despachos. Trabajo. Cafés. Velocidad y estruendosos ruidos de los atascos, de la gente, es la vida urbanita que fluye a pesar de todo. Lo de fluir me hace gracia, es un término muy suave, calmo, para lo anguloso de la situación a la que se refiere.
Por cierto que ya tenemos las primeras naranjas y limones; esta semana me he empapado del profundo aroma que desprenden, he colocado unas hojas en un bote de cerámica que tengo sobre mi mesa de estudio. Y también he olfateado las primeras castañeras en la ciudad, aunque aquí no "pegue" por la temperatura que aún hace. Las he encontrado y me he comprado un cartucho lleno y las he disfrutado, calientes y jugetonas entre mis dedos, sabrosas desprendidas de su piel tostada.
Idas y vueltas a mi pecera. Escucho música clásica en la calle, un señor que canta como Tracy Chapman y una exposición de cuadros en una de las plazas paseables de la ciudad. La música clásica me ha hecho emocionarme, me rozó el alma por un segundo con sus suaves dedos blancos.
Gente indiferente con cara de lunes aún que habla por el móvil de temas transcendentales para la humanidad y juegan a que les importan los problemas de los demás.
Me parece que más cambia el mundo con el fluir (esta vez sí) de la música del trío de cuerda que llena los aires otoñales de esta ciudad.
Idas y vueltas a mi pecera. Escucho música clásica en la calle, un señor que canta como Tracy Chapman y una exposición de cuadros en una de las plazas paseables de la ciudad. La música clásica me ha hecho emocionarme, me rozó el alma por un segundo con sus suaves dedos blancos.
Gente indiferente con cara de lunes aún que habla por el móvil de temas transcendentales para la humanidad y juegan a que les importan los problemas de los demás.
Me parece que más cambia el mundo con el fluir (esta vez sí) de la música del trío de cuerda que llena los aires otoñales de esta ciudad.
1 comentario:
un deseo para mi vida. nunca más cara de lunes.
te lo dedico a tí también.
Con eso ya habríamos ganado mucho ¿no?.
Bueno, con eso y el olor a naranja recien recolectada.
Saludos
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