31 julio 2006

Cuaderno de Verano II

Hoy el viento del sur ha rozado mi cara, hoy he notado su arenoso tacto en el rostro.Ya sin saberlo me empuja hacia otros lugares y me toca el hombro "es hora de irnos". Con el viento del sur marcho y me dejo guiar por su suave aroma. Allá donde pare, me dejaré caer a reposar. Al viento le he dicho que ha de esperarme un ratito corto porque me tengo que despedir del mar, de mi mar Mediterráneo, que guarde conjuros, rumores, azules para cuando vuelva, con el viento, con otro viento; aún no sé con que aroma me envolverá, aún no se cuando ni con que excusa, pero esperaré su llegada fresca y reposada para contar, quizás, nuevos sueños de otros mundos que se encuentran en este.

24 julio 2006

El cuaderno de verano

Qué largas se me están haciendo estas últimas semanas, cuando el calor aprieta y estamos cansados de año, como uva en nochevieja. Afronto hoy mi última semana de trabajo, por esta temporada. A partir del 1 de agosto un mes de vacaciones para descansar, escribir, viajar. Y ahí es donde voy porque cuando aún no han pasado (porque va a ser muy difícil que pasen) las sensaciones de mi último viaje a Egipto, emprendo otro. La segunda semana de agosto marcho a la vieja Europa. A Paris y Londres. En la capital británica ya estuve hace unos años: gris, cosmopolita, casi arrogante. No he estado hasta ahora en la capital francesa. Me reconozco francofilo, apasionado por el tema de la Revolución Francesa y otros de la nación vecina, voy a ver la "grandeur" en su cuna, si es que algo de ella queda. Voy a hacer fotos, a intentar empaparme de todo lo que pueda, a pesar de ser una visita muy rápida. Ya estoy viendo postales de otoño, grabados y aromas de Montmatre, el Montparnasse...de bohemia y literatura...sueños que se evaporan como volutas de mi pipa en este lunes de rutina.

13 julio 2006

Una banalidad

¡¡Fuera pelos!! El viento desértico que soplaba esta tarde hacía insoportable cualquier camino que se intentara tomar, además creo que me ha quemado, calcinado las pestañas. Así que he decidido que para no pasar tanto calor, también me voy a quitar la capota, me afeito la cabeza, me descubro el cráneo. Ya el otro día me depilé las piernas, por ir más fresco, verlas alguna vez sin pelos y conocer un suplicio femenino. Ale ya estoy preparado para lucir algo parecido al palmito, y para las cercanas vacaciones de agosto.

11 julio 2006

El estanque

En más de una ocasión se había quejado del Ayuntamiento que tenía el parque hecho un desastre; pero con esto de que lo gestionara una empresa privada ya se sabe. Claro, lo arreglarán para las elecciones, solía decir. Estuvo viendo como llevaban a cabo los trabajos para reparar la lona azul del fondo del lago artificial. Los trabajos eran lentos y cansados por el calor y el poco impetú que en la reparación ponían los operarios. Mañana tras mañana pasaba a por el periódico y se asomaba a la barandilla para ver la progresión del fondo azulado del agua. Y así transcurrieron sus primeros días de ese verano. De todos modos yo no lo llenaría de agua con la sequía que hay, comentaba.
Pero casi para mitad de julio los trabajos habían concluído. Un día siguiente cualquiera, anterior a otro y posterior a uno, pues en verano son todos iguales, asistió como una inauguración al llenado del estanque. Se sentó bajo un sauce llorón y se deleitó leyendo las desgracias del mundo pero con el murmullo del agua de fondo. Cuando el calor comenzaba verdaderamente a apretar, marchó a su casa a hacer los recados de su mujer viuda.
Al día siguiente volvió con la ilusión de un niño. Se sentó en un banco bajo un sauce llorón. Desmigajó el pan dentro de la bolsa y con la paciencia que solo los años dan comenzó a echar el pan al único pato que habitaba de momento el estanque. Supongo que llegarán más, aunque con esto de la gripe aviar, comentaba.
Por fin llevaba vida de jubilado, 65 años esperando eso. Ahora comenzaba su segunda infancia.

04 julio 2006

Nubes I

Hoy me apetece regalarme y regalar unas nubes. Creo que alguna vez lo he comentado pero me encantan, como estas, en este y otros cielos, para ver sus formas, perderme tumbado mirándolas, verlas viajeras desde abajo y ver por dónde ando en los últimos tiempos. Además sirven para saber dónde está el límite y para regalar sueños. Que disfruten de sus sueños, que yo disfrutaré de mis nubes.
Foto: Ana Maria Morales Contreras

03 julio 2006

Se busca

Se compra castillo por la zona. Preferiblemente en buen estado de conservación por lo menos las murallas. Que tenga buenas vistas y a ser posible huerto para cultivar en el exterior. Se busca para perderse una temporada o dos, o mil años; para una vida tranquila y un poco retirada de este ritmo y ritos canallas que la modernidad nos impone y porque, puestos a empeñarnos que sea con una hipoteca de impresión y en una vivienda más que digna, noble.
(seguro que conocen alguno y en algún momento les ha apetecido la idea de perderse...yo suelo comentar en broma que ha de ser por Soria y para cultivar patatas)