11 diciembre 2014

Este Jueves, Relato: Project U.F.O

Dos cosas sorprendieron a la policía portuguesa cuando detuvo a Abelio. Una, fue la enorme cantidad de información que tenía en su cabaña a las afueras de la localidad de Loibos. Abelio guardaba en una libreta anotaciones de todos y cada uno de los transportes que durante años había estado realizando. Todo con sus fechas, destinos y mercancía. Estraperlo siempre de noche, siempre con el vello encrespado y alerta a través de ese incierto y boscoso límite que era la frontera entre España y Portugal.

Y la segunda fue que, en una de esas anotaciones, Abelio contara como una noche se riló cuando en uno de esos viajes vió como un objeto desconocido y muy luminoso descendía del cielo y del mismo salían unos extraños seres verdes que, tras un rato deambulando y olisqueando por la zona, terminaron perdiéndose en la inmensidad del bosque. Él, aterido más por el miedo que por el frío, tras un matorral, pensó que se trataría de algún artefacto volador que estaría probando la guardia civil española para evitar el contrabando. Nunca lo supo porque únicamente fue capaz de hacer dos o tres viajes más. Desde aquel momento siempre tuvo la impresión de que el bosque tenía más ojos de los habituales y que la guardia civil siempre le estaba pisando los talones. Entonces consideró que sería mejor pasar las horas de oscuridad al abrigo de la lumbre en su cabaña, que la noche era para los lobos. 
Mucho más en la casa de Charo
Y muchas gracias a mi gran amigo Goathemala por inspirarme la idea