24 febrero 2017

Este Jueves Relato: Historias de una escalera

Este jueves nos invita Charo a escribir sobre historias de una escalera. Ahí va mi participación.



Han clausurado la escalera que no lleva a ningún sitio. Era el segundo monumento más visitado, detrás de la colegiata del pueblo. Bueno y del castillo y la muralla. En realidad, pues, el tercero más visitado.

Esta fue otra de las muchas ideas que tuvo el alcalde C. Ontalba para situar al pueblo en el mapa. Porque, desde que se abandonó la explotación masiva de la colza, el pueblo había ido dando bandazos y lo único que quedaba a los viejos era saber cuándo se iban a morir y cuánto tiempo después de su muerte, aguantaría el pueblo. Quizá lo que tardasen en caer las piedras de la muralla o del castillo.

De alguna de esas piedras de mampostería se hicieron los escalones. De acero una cordada para evitar que alguien pudiera caerse a los lados. Y, al coronar el último escalón, nada. Solo el paisaje infinito de la meseta. Se veía allá abajo, el mapa con las fronteras entre fincas, el viejo palomar, el silo y más lejos otro pueblo maldito.

Así que, cuando llegabas arriba, podías quedarte mirando extasiantes atardeceres o tirarte, lo mismo daba. A muchos chicos del pueblo les gustaba quedarse horas sentados comiendo pipas con los pies colgando. O dando pequeños besos a sus novias.

Los de fuera, tras visitar la colegiata y el castillo, subían por la escalera a ver a qué misterioso lugar los llevaba, y eso que con el tiempo se puso una plaquita con información “Escalera que no lleva a ningún sitio” (año de construcción y autor-artista). Pero la gente seguía subiendo quizá para confirmar la anomalía o no.

La escalera se hizo famosa en la comarca y en la región. En algún momento incluso había cierta cola para visitarla. Aunque lo que ha determinado su clausura ha sido, sin duda, el que adolescentes y no tan adolescentes adoptaran la costumbre de venir a suicidarse a la escalera. Ese supremo acto romántico quedaba mucho mejor en un atardecer del mes de septiembre desde la escalera. Aún fue peor con la crisis. Así que por decreto y por la noche, se tapió y así seguirá hasta nueva orden o hasta que se hunda, como el castillo o la muralla.