28 diciembre 2005

Sólo soy monárquico para los Reyes Magos

Estando en las fechas que estamos, me apetece seguir con los temas navideños. Anoche estuve de Reyes, viendo tiendas, comprando regalos, gastándome los dineros. Recuerdo cuando niño (que lo he sido y no nací así) la ilusión que me hacía escribir la carta a los Reyes Magos, la ilusión de los regalos del Roscón y ese sabor dulce del chocolate. La noche del día 5, hay de todo eso en casa, celebrando el cumpleaños de mi padre. Y al día siguiente los regalos.
El año que descubrí la verdad sobre los reyes magos, he de reconocer que no fue muy agradable, aunque también tuviera regalos. Después uno se da cuenta de que hay que cambiar de ilusión, tranformarla o mudar un poco esa piel. Ahora está en la sorpresa, en el regalo a la familia, en ir escondiendo los regalos por la casa hasta que llega el día en que ponerlos bajo el árbol y que nadie sepa que están por ahí. Luego cuando llega el día de darlos, ver la cara que ponen, al ver lo que les gusta tras el estruendo del papel de regalo; al ver algo que necesitan o al ver, en fin, la corbata de todos los años...me sigo levantando temprano el día 6, despertando a todo el mundo al grito de "¡Han llegado los Reyes, mirad cuántos regalos...!!". Creo que lo seguiré haciendo espero que por mucho tiempo.
Además me hace mucha gracia como en esa "mentira" de los Reyes se pone todo el mundo de acuerdo. Cuando uno descubre la verdad, termina haciendo como si nada hubiera pasado y transmite la ilusión a algún hermano menor, a los hijos, a los sobrinos. Supongo que se trata de ver reflejada en sus pequeños rostros la sonrisa que una vez fue nuestra, toda la esperanza porque traigan ese regalo tan ansiado.
Son maravillosas "las mentiras" que hacen ponerse de acuerdo a todo el mundo, que permiten regalar, ver sonreir y alegrar a alguien con algún detalle. Cada vez pienso más que lo importante está en celebrar, cualquier cosa, sea lo que sea.

5 comentarios:

CARMEN_R_PURAS dijo...

Por lo menos estas cosas hacen aflorar los ideales y buenos pensamientos que todos deseamos tener siempre.

Portarosa dijo...

Celebrar, sí, celebrar cosas todos juntos, alegres y llenos de cariño.

Para mí Reyes sigue siendo, padre y todo, y hombre hecho y derecho, la noche más emocionante del año. Sé qué críticas cabría plantear, qué comparaciones dolorosas se pueden hacer, pero, a pesar de todo, ¿no es precioso que nos demos todos esos regalos unos a otros? ¿No es algo bonito?

Un abrazo.

Max Estrella dijo...

A mi me parece maravillosa la idea de poder regalar,compartir ilusiones y saber que puedes con un pequeño gesto hacer un poco feliz a alguien.
Un saludo

Vic dijo...

Son mentiras felices, que me hacen sentir emociones contradictorias: por un lado me da la culpa de pensar "Pobrecitos, el día que se enteren, el fin de la ilusión, y yo cómplice del "delito"..." y por otro siento que ayudo a abrir la puerta de la fantasía que, como bien decís, mudará en el futuro y será otra.

Tana dijo...

Compartir ilusiones, regalos... celebrar. Lo bueno es que celebremos montones de cosas, aunque sean chiquitas. Son la sal de la vida. Besicos!!