11 mayo 2006

La Cafetería II

Toda la tarde había estado con el comezón que dan las grandes ocasiones. Tenía un peso de hormigón en el estómago. Se prueba varios vestidos: ese sedoso que tanto le gusta a él, el negro corto, los pantalones esos que insinúan su curva en la cintura...se ha probado tres tonos de maquillaje en la cara. Al final se ha puesto cualquier cosa porque de otro modo no iba a llegar.
Al llegar a la cafetería, lo vió sentado al fondo, debajo de ese espejo que tantos besos había reflejado y asumido como suyos. Al fondo porque había más intimidad. Él le sonrió desde aquella atalaya; se iba a levantar para recibirla pero ella lo impidió con un pequeño gesto.
Inusualmente él llevaba unos vaqueros, ni para eso se ponían ya de acuerdo.
- Esto que tengo que decirte, me cuesta más a mi que a ti. Y me va a doler mucho, pero...- el labio inferior temblaba un poco y se cogía las manos, las apretujaba, sudaban un poco las palmas.- te tengo que dejar. Te quiero mucho pero...no podemos seguir juntos, lo nuestro no se dónde va, no me veo contigo, ni creo que seas el hombre de mi vida.
- Pero...- la sonrisa se había borrado, las pupilas vidriosas.- si estamos tan bien, yo te necesito....yo...
-No lo hagas más dificil.- tuvo que soltar toda la retahíla seguida para no llorar.- Lo siento de verdad.
Suena un beso sonoro en la mejilla, de esos de amistad eterna y eunuca. Con taconeo firme se aleja de la mesa para salir de la cafetería.
No había traición, ni nada por el estilo, no había secretos...ninguno, ¿será posible vivir con un hombre que no guarde ni un secreto, algo recóndito y emocionante que pueda ser descubierto con los años?. ¿Había una vida en común futura, gris, anodina...con niños, monovolúmen para viajar?... o nada de nada con lo que emocionarse en mucho tiempo...
Quizás sea esa la razón, o quizás no...
Al mirar atrás vió el gesto de no saber que aún tenía en la cara...quizá no sea cosa de hombres el comprender.

5 comentarios:

Eowin dijo...

Ja ja tu siempre dejando .. y en una cafetería .. si fuera Ana me lo pensaría quedar en contigo a tomar un café.

PS. Por cierto encontré el paisaje que describías en tu anterior post :)

Eowin dijo...

Ya se que en este caso ella es la que marcha.., pero no me digas que no, pero la literatura nos deja un licencia para poder elegir el sexo del protagonista sin tener que ser el mismo del artista..., eso si todos los personajes tiene un poco de o un mucho de que de ellos escriben y eso si esto no deja de ser literatura .. de todos modos aparte de esto.. creo que describes muy bien la atmósferas de tus historias.. por lo que te ruego que siguas deleitándonos... J

Vic dijo...

Hola Max!
Las cafeterías parecen tener un aire a pérdida, a tristeza...
Para compensar mi comentario del otro post debería decirte: Mujer tenía que ser!!!!!!!
La próxima cafetería podría ser el inicio de algo, no?
Besos

Max Estrella dijo...

De hecho a mi me encantan las cafeterías,determinadas cafeterías en las que se desarrollan miles de historias.Algún día dedicaré un monográfico al café en torno al cual giran muchas cosas en mi vida.
Besos a las dos.Nos leemos

Tana dijo...

:)