30 enero 2009

Yliana

Yliana tiene todo lo que un hombre puede desear; piensa el adolescente. La verdad es que, al cruzarme con ella todos los días camino del trabajo no entiendo. Apenas unas incipientes formas redondean su camiseta y sus jerseys, sí, esos de cuello ancho que se llevaban en los 80´s y que vuelven a estar de moda. El trasero que, manosea de modo impúdico su especie de amigo cuando caminan juntos, tampoco tiene nada digno de mención, más bien es escaso, pequeño. No son sino dos sinuosas curvitas incipientes bajo un pantalón elástico que vale para todo y todos los días. Delgada, casi enjuta. El pelo, hirsuto, con mechas amarillas en las puntas, hasta casi media melena. A su paso, Yliana, llena el aire de dulzones efluvios de la fresa de su perfume. Se mezcla con el tabaco y lo que no es tabaco que, a veces fuma, porque todas sus compañeras de clase lo hacen.
Yliana tiene pocas ganas de estudiar y, muchas menos de trabajar, pasea por los parques, esconde besos en muchos portales; se deja tocar, que para eso es popular, de anochecido a oscuras, o en su casa que sus padres salen a trabajar muy de mañana. Escucha música y reparte sonrisas a todos aquellos aspirantes a la pequeña gloria de sus serpenteantes formas. Día tras día, soporta, apegada a la realidad una tristona existencia impúber de can viejo.
Yliana tiene todo lo que un hombre puede desear, piensa lúbrico, el adolescente. Quizá todo lo que necesita para sobrevivir, piensa el adulto, instinto e ignorancia en porciones iguales.

3 comentarios:

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Gran descripción Max. Resaltaría: su existencia impúber de can viejo, los besos escondidos en portales y el efluvio de fresa de su perfume.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Me encanta, Max... casi he podido ver a la joven inquieta, inocente a pesar de todo, llena de vida.

Precioso...

Tana dijo...

Ese momento en la casi mujer que tan bien describes... Me gusta mucho, Max. Curioso. Me quedo con lo mismo que resalta Goathe :)
Un besazo enorme!