24 abril 2010

Día Mundial del Libro

Ayer se conmemoraba en todo el mundo el día internacional del libro. Yo lo empecé a conmemorarlo la semana pasada en El Toboso en sus Jornadas Cervantinas, adquirí dos magníficos ejemplares de El Quijote para regalar y asistí a una conferencia-presentación de un libro de semblanzas. Y es que, más alla de los convencionalismos de telediario a los que no estamos acostumbrando, habría que pensar en la cantidad de historias reales y personas que al amparo del "Caballero de la Triste Figura", mientras este blandía su espada en todo lo alto han creado y se han dedicado a este noble oficio pero de "orden mendicante"; las revoluciones que han provocado los libros; los idealismos que se generan tras un contacto entre el papel y las manos; los sentimientos, alegrías, penas, lloros y sonrisas...Es la vida real, el libro, los libros es aquello que nos abstrae del resto de rutinas vanas de este mundo...por eso hay que dar las gracias a aquellos que son capaces de crear en forma de letras, vida de la nada...a los Cervantes, Quevedo, Gongora, Calderón, Lope de Vega, a los Valle Inclán, Unamuno, Baroja, Azorín, Ortega y Gasset, Miguel Hernandez y Lorca, Ayala, Jorge Guillén, y a los Miguel Delibes, Cela, Paz, Bennedetti, Borges, Cortazar, Vila-Matas, Ana Maria Matute, Carmen Martín Gaite...(solo he nombrado algunos y españoles) y por qué no, también a los que, como leía ayer a Mónica Gutiérrez (que tiene en ciernes su segundo libro), ponen su granito de arena y colaboran a hacer de la tinta sobre el papel, una pasión, un sueño y de ese sueño una realidad. A los Miguel Sanfeliú o Patricia Esteban (Azul Ruso es su segundo libro) y, a los bloggeros, escribientes de vida corta, soñadores de instante mínimo, que ponen día a día, miles y miles de letras en circulación...de ellos también es este libro-día.
El libro no desaparecerá, porque no puede hacerlo, es otro más de los órganos vitales del hombre.

3 comentarios:

Tana dijo...

Te leo con una sonrisa pintada en el rostro, mi querido Max. Leerte de nuevo es un regalo más cuando todavía no se ha diluído del todo el buen sabor que me ha dejado el día de ayer: el postre perfecto.
Que sepas..., que se te echa de menos. Un besazo

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Un órgano vital sin duda.

Recuerdo que al inicio de la gran película Martín Hache un padre se mostraba muy molesto con su hijo y así se lo mencionaba a su madre. Más o menos le decía, "no lee, nuestro hijo no lee y no me molestaría si eso no llevara implícito que se está perdiendo lo mejor de la cultura universal, un deleite inimaginable".



Un abrazo.

Eowin dijo...

:)
Me encato