Una de las cosas buenas de todo
esto es el rojo satén y el acolchadito interior. He tenido que redecorar la
casa y comprarme un ataúd. En el salón que tenía los muebles de estilo colonial,
los he tenido que cambiar por otros de estilo gótico, porque ¿dónde se ha visto
el ataúd de un vampiro rodeado de muebles caoba, mecedoras con trenzado de madera,
sillones de torneadas patas y aparadores como traídos de Oriente, África o el Caribe?
Todo vendido por Wallapop. He podido sacar un buen precio y comprar ataúd, velones
negros y me ha sobrado para cambiar la ventana. He quitado la que tenía de
doble hoja con persiana y he puesto un arco ojival con vidriera. El estilo de
un vampiro que se precie, es el gótico. Moderno, flamígero, churrigueresco,
pero gótico. Ese estilo highschool americano
de las sagas que se ve por ahí, es una modernez in-a-su-mi-ble.
Ahora tampoco soporto el ajo,
con lo que antes me gustaba en ensalada con un buen tomate raf, o para todos
los sofritos, o el alioli para un arroz a banda o caldero.
Y he quitado los espejos, ¿para
qué? Aunque me gustaba pintarme la raya del ojo, o un poco de gloss en los
labios antes de salir. Como aquella noche.
Me recogió en la puerta de casa
y fuimos a cenar a “El Chuletero” un
sitio especializado en carnes. Él apenas probó nada. Eso sí, estuvo durante
toda la cena levantándose para ir al baño. O eso decía. Hablamos, reímos y
bebimos mucho vino. Tanto, que a mí no me apeteció ir a tomar una copa después.
Le pedí que me acompañara a casa y, si quería, lo podría invitar a un café,
pero a nada más. No debió entender. Entramos a casa, dejamos los abrigos y fui a
la cocina. Estaba preparando el café y, cuando me desanudé el pañuelo de seda
que llevaba al cuello, se abalanzó sobre mí y me dio un apasionado mordisco en
plena yugular. Al principio me excitó, aunque más tarde me desvanecí. Luego me
confesaría que no pudo evitarlo. Ese cuello tan blanco, tan libre. No era
pasión, no era yo. Era hambre.
8 comentarios:
Jaja...las grandes transformaciones van por dentro...y a veces empiezan con un mordisco! Muy irónico tu texto. Un abrazo Max.
Jajaja no esperaba que es fuera la causa del mordisco, jajaja.
Anda, muy bueno, muy logrado también.
Me has hecho sonreír en estos tiempos en que la sonrisa se congela cada vez que una sirena rompe el silencio.
Un abrazo, amigo.
La que se lía a veces por un malentendido... :)
Vaya con la frase ..ya que mordió ese cuello podría haberse ahorrado la explicación ..jajaaj..Me gusto como enfocaste el relato ..Gracias por compartirlo .
Un abrazo y feliz sábado .
Minuciosa descripción de tu proyecto decorativo y lo que parece un capricho algo tenebroso resulta ser necesario e imprescindible para sentirte a gusto. Ah, y el primer mordisco entre sensual y primitivo. Me ha gustado mucho, Max Drácula. Gracias por participar y un abrazo .
Pues es muy imaginativo y de señales bastante equivocas, ya lo creo. Eso de ser carne para Drácula no debe ser agradable :-)
Un abrazo y feliz domingo
Si es que cuando una puerta se abre, no sabes qué puede entrar.
Me ha encantado todo el desarrollo y empezar por el final para acabar por el principio.
No se puede invitar a un café con la mano, que las señales hacen que se cojan todo el brazo,bueno, el cuello...
:-)Muchos besos.
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