07 septiembre 2006

Un trocito de París



Tenía razón el Señor de Portorosa cuando vaticinó en uno de sus amables comentarios que París me iba a gustar. Es sencillamente grandioso, precioso, cosmopolita, modernista...uno la verdad es que se podría deshacer en adjetivos para apellidar a dicha ciudad. Me gustaron los monumentos, me gustaron sobremanera sus cafetines, con sus veladores y mesitas mirando hacia la calle, pero sobre todo la grandiosidad de todo; lo que se da en llamar la "grandeur" de la Francia está presente y se respira por todos los rincones de la ciudad; en la belleza de sus iglesias, palacios y demás, su universidad, su "skyline" presidido por la Torre Eiffel. Efectivamente los franceses en general y parisinos en particular, son chauvinistas, patriotas, pero como no serlo cuando tu nación ha sido la más importante del mundo y por las calles de esa ciudad han paseado LaFayatte, Napoleón, Dantón, Marat, Robespierre, Mirabeau, De Gaulle, etc, etc...y su huella sigue presente y visible en sus calles y plazas.
He de volver a saborearlo todo con más tranquilidad e intensidad, probar más vino de Burdeos, más cafés y más paseos, algún que otro beso y miles de susurros...ella lo sabe, ya se lo he dicho.

5 comentarios:

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Bienvenidas sean tus letras, amigo, que tus vacaciones hayan sido fructíferas. Disfrutaré leyéndote.

CARMEN_R_PURAS dijo...

Para mí París es la ciudad más bonita que conozco.
Otra cosa muy buena, sin desmerecer la española, es la comida.
Saludos

Max Estrella dijo...

Bienhallado Goathemala,veo que se ha animado a abrir su blog.Espero que pronto comience a destilar letras,aventuras, historias y demás.
Estimada Carmen,desde luego comparto su opinión.Yo ahora estoy retomando las fotos de Estocolmo y comparo(las comparaciones son inevitables)pues es otra ciudad digna de admiración.
un saludo para ambos y encantado con sus visitas

Tana dijo...

París deja huella. La mía está en mi carnet de identidad, allí donde dice "lugar de nacimiento"; en el glamour que me hace sentir saberme engendrada en Montmartre, aunque ellos, mis padres, fueron los que verdaderamente la disfrutaron viviendo allí. Sobre todo él. El primer amor nunca se olvida así que aunque habla maravillas de Praga y Budapest... París sigue estando en él, sus calles, sus boulevares, sus cafés...

Portarosa dijo...

Me alegro, por ti, de haber acertado.

Un abrazo, y, con retraso, bienvenido.