15 mayo 2009

La Veguilla No Se Vende

Pregunta de Trivial: ¿Qué ocurre cuando un adinerado señor pone sus ojos en un paraje natural y pretende convertirlo en coto privado?
Respuesta: Pues que compra la Finca La Veguilla (Las Pedroñeras, Cuenca) y los alrededores, la transforma, corta árboles, echa escombros, cierra los pasos, elimina a las rapaces y depredadores que puedan entorpecer la cría de la perdiz y conejos y hace y deshace a su antojo.
Y, ¿qué hacen las autoridades?. Nada. De hecho, lo último es que D. Rafael Santamaria, dueño de Reyal Urbis, pretende suscribir un convenio urbanístico con el Ayuntamiento para cerrar los caminos públicos que atraviesan su finca (de gran valor ecológico); cerrarlos e impedir el paso. A cambio el Ayuntamiento cede-vende por 30 años (en un principio) los caminos públicos y recibe (que se sepa, pues el resto todo es presunto) una cantidad de 1,8 millones de euros, equivalente a la deuda actual del Consistorio. Para la nueva Alcaldesa (antigua manifestante), una medalla, la de haber acabado con la deuda (que se sepa, pues el resto es presunto) y a gastar de nuevo que para eso sí que hay manga ancha.
A ello se suma la absoluta falta de información que se facilita, los múltiples impedimentos que se ponen a los intentos de realizar cualquier alegación en derecho (Secretario del Ayuntamiento, Alcaldesa, Delegación, etc...) y todas las trabas que se están poniendo; "si total son cuatro". Y es que alguien debe haber visto el dinero y se le debe haber puesto una sonrisa tonta ante este nuevo Mr. Marshall capitalino.
Con todo, resulta curioso el hecho de que con lo que ha costado en tiempo, esfuerzo, la distribución de la riqueza, de la tierra, cierta sensibilización hacia los problemas medioambientales, etc... todo ello se vaya al traste ante los caprichos cinegéticos de unos señores (políticos como José Bono, incluídos, gran amigo de D. Rafael) que solo por el mero hecho de haber especulado, tienen una amplia posibilidad de poner por delante de sus caprichos un buen manojo de billetes; y que tras ello un cateto servilismo político pretenda hacerlo pasar como bien público y diga a todo que sí. Estamos ante el nuevo caciquismo. Y podemos dar gracias de que solo pretenda cerrar los caminos públicos y no instaurar vasallaje o el derecho de pernada; estas concesiones, privatizaciones suponen abrir una peligrosa puerta en aras a difuminar el bien público y el interés común, intentando hacerlo pasar torticeramente con el privado y particular.
Para más información: Caminos La Veguilla .
Pd. Se lo debía a dos buenos amigos.

5 comentarios:

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Qué podrido está todo. Hay que tener mucho cuidado al votar en las locales.

Le recomiendo la película portuguesa Call Girl que muestra una temática similar a la que plantea su entrada.

Un abrazo.

Tana dijo...

No sé si los caciques de antes procrearon estos nuevos caciques. Quizás pensamos que habían sido erradicados, como el tifus, pero sólo estaban encubiertos disimulando síntomas... Una pena, de verdad, ver que las cosas no han cambiado tanto...
Un besote, Max

Sara Royo dijo...

El dinero lo compra todo. Así ha sido y así será, por mucho asco q de.
Besicos.

Pedroñera dijo...

Talmente de acuerdo, somos una piedrecita en el zapato del poder, adelante con la lucha, no podrán con nosotros.

Eowin dijo...

Un saludo a eso quijotes que luchan contra gigantes... multinacionales arropadas y mimandas por el politica..


Nota:La vida es ciclica y ahora volvemos a la edad media.. dejando detras el explendor y derechos de la republica...