No mires atrás con ira, le
dijo. Lo que quiera que hiciera nuestro padre ahora no tiene importancia. El
viento traía un intenso olor a humo y muerte junto con diminutas gotas de
lluvia que golpeaban al príncipe y a su hermana en la cara. Detrás, casi podía
percibirse una a una la respiración de los soldados. Delante, únicamente una inmensa llanura que en
pocos minutos estaría llena de gritos, heridas, sangre, soldados en busca de
una supervivencia imposible y monstruos. Porque el príncipe enemigo, Afanjul, su
hermano, atacaría sobre los hombros de gigantes. Ya se vislumbraban sus cabezas
a lo lejos, tras el vasto campo de batalla y una mota cubierta de cereal. El
príncipe miró a su hermana y recordó las largas tardes de juegos, las escapadas
al río a bañarse en los cálidos días del verano, las inspiradoras lecturas de
cuentos de caballeros y princesas. No era justo. En ellos el príncipe bueno
nunca moría, ni perdía territorio o posesiones. Tampoco la princesa que, en un
último momento era salvada por un mágico encantamiento o hechizo. Los monstruos
y enemigos caían a los pies de los príncipes y princesas de buen corazón. Pero
eso era en los cuentos. Gracias por los buenos momentos, le dijo. Pase lo que
pase, quédate a mi lado. El gran portón del castillo soltó un alarido de viejo
y de muerte y el príncipe y la princesa lanzaron sus caballos a la batalla.
El grupo es Oasis
Don´t look back in anger
Whatever
Standing on the shoulder of giants
Thank you for the good times
Stand by me