Freddy Kruger era San José. Una virgen María de los
chinos hacía de sí misma. Y el niño Jesús era un soldado inglés de la segunda
guerra mundial de Lego. Para el portal le robó a su abuela el monje que señala
con su varita el pronóstico del tiempo. Le había quitado el fraile y únicamente
estaba la estructura de cartón del fondo que era lo más parecido a un portal. Los
reyes magos eran tres playmobil, uno de ellos una chica con bata de veterinaria,
e iban sin camellos porque nos dijo que no los había encontrado entre sus
juguetes. Que su madre le había dicho que en el barrio había muchos, pero no de
esos de poner en el diorama. Hubo discusión entre los miembros del jurado, pero
Alfonsito se llevó el primer premio del concurso de dioramas de Semana Santa
del centro ocupacional. Quizá fuera el último año que se lo pudieran dar,
siempre pendía esa posibilidad.
Sonreía sin poder evitarlo con la medalla colgada
al cuello, un cuaderno de cuadritos y los rotuladores Carioca del premio en la
mano. ¿Puedo recoger ya? Repetía. Su madre saludaba a todo el
mundo con él cogido de la mano. Fuera sonaban las cornetas y tambores de la
procesión que ya se acercaba…
(Navidad somos todos y Navidad puede ser siempre)