Día 3.
La pierna ha empezado a picarme.
Tengo una ligera hinchazón a la altura del gemelo. Me he aplicado la pomada que
hay en el botiquín para estos casos. A ver si así se me pasa.
Día 4.
He amanecido con el gemelo
totalmente rojo y no recuerdo de por qué ha podido ser…La pomada no ha funcionado y empiezo a notar una descamación de
la piel. Poco a poco se va poniendo blanca. Y ese olor amarillo. Empiezo a no
soportarme. Fuera de la base sigue nevando. Tengo hambre. Mucha hambre a todas
horas. Los compañeros que han salido a hacer los experimentos aún no han
vuelto.
23:00 horas GMT: empiezo a tener
fiebre y veo borroso. Tomo más pastillas del botiquín y agua y latas. No tengo
ganas de recogerlas y ahora desde la litera las veo esparcidas por el suelo. Sigo
teniendo mucha hambre. Me duele la piel. La pomada se ha agotado…
Día 6. Sigo solo. No sé dónde
se han metido los compañeros. No recuerdo que llegaran pero veo sus mochilas
apiladas junto a la puerta. Hoy tengo más fuerza. La descamación se ha
extendido por todo el cuerpo. Me asomo al ventanuco y siguen el viento y la
nieve. Empiezo a temer que hayan muerto y no traigan las muestras. No soporto
mi olor. Huele a carne y me da hambre. Hay también un ferroso olor a sangre que
me hace salivar.
Día 8. El cuerpo sigue rojo y
descamado. Nada funciona. Tengo calor. Tengo hambre. Siento que no soy yo. La radio
no funciona por culpa de la tormenta. En el suelo además de las latas, ahora
también están esparcidas las muestras y los experimentos con los que estábamos
ocupados. Hay líquidos que no reconozco. Y ese olor ferroso, empiezo a odiarlo, aunque me abre el apetito. Tengo hambre, mucha hambre a todas horas. ¿Estarán
intentando contactar desde el exterior? Mejor que no venga nadie ahora, mejor…