El sol entra por la ventana con la furia matutina de los veranos, a pesar de que ya ibamos entrando en el otoño. Poco a poco fue abriendo los párpados. Le pesan mucho, de medicamentosa somnolencia. La estancia es blanca, terriblemente blanca. Apenas en el fondo una mesa en color pino nueva, seguramente del IKEA. Sobre ella unos papeles, unas revistas. No recuerda que es lo que hace ahí, le cuesta situarse. Se despereza y asoman por debajo de la sábana los pies que casi rozan con el hierro colado y helado de la cama. Observa su pijama, no le gusta nada, "con lo que yo era para estas cosas".
¿Qué día es? Parece que por la luz y el silencio pueda ser domingo, pero no sabe bien. Ha decidido no pensar, pero ha de hacerlo para caer en la realidad que ahora le alcanza, le toca y le despierta....
¿Qué día es? Parece que por la luz y el silencio pueda ser domingo, pero no sabe bien. Ha decidido no pensar, pero ha de hacerlo para caer en la realidad que ahora le alcanza, le toca y le despierta....
3 comentarios:
Un anticipo ciertamente prometedor.
¿Para cuándo más?
Ayy compañero,gracias por tus palabras...este anticipo es un pie que me he dado para comenzarlo,empezar a pensarlo y vivirlo...voy poco a poco trasladandolo a cuartillas y de ahi a las letras del ordenador y del blog....espero que pronto...que mi maquinaria funcione rápido
gracias por tu visita
No lo demores. Hazme caso.
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