El calor fuera. Fuera, de hecho, nada más que se vislumbra a lo lejos un can esquelético que husmea las esquinas en busca de un rastro perdido. Estamos en un patio ad intra. Hemos mojado el suelo con el agua del pozo y regado las macetas que pugnan por mostrarnos su verde más hermoso. Silencio blanco. Las altas paredes encaladas enmarcan un trozo de luminoso cielo azul de verano. Se puede perder la vista. Trazan líneas perfectas las golondrinas en vuelo rasante sobre el alero de tejas de barro. Solamente oimos nuestra respiración acompasada, un, dos, un dos... No pasa nada, ni el tiempo, que se detiene y despereza lentamente con pesadez de siesta. Cruzan más golondrinas sobre el alfombrado cubículo azul que vislumbramos. De repente ninguna. Sopla una ligera brisa caliente desde la calle, apenas nos ha rozado. Ahora pasa por el lienzo azul un rasgado tono blanco algodón. Y sigue sin pasar nada, solo las golondrinas, que van y vienen y vuelan siempre...y pienso que no tiene que ser aburrido pasar la tarde dejándose mecer por las corrientes de aire, de un lado para otro, volando en el azul y viendo cubículos blancos y patios ad intra...como nosotros aquí abajo
3 comentarios:
Las golondrinas se llevan muy bien con las cosechadoras.
Esta mañana, al venir al trabajo observé que estaban segando el campo de trigo del que hice una foto el otro día. Los insectos escapan de las cuchillas y las golondrinas sabedoras de su ventaja rasean los campos de cereal para su provecho.
Una vorágine de vida eclosionaba en el trigal.
Abrazos.
Como siempre es un placer leerte, me quedo en la mitad de esa escena... shhhhhh no es mi intencion molestarlos se les ve sumergidos en el momento tan bello que disfrutan... muchos besos y buen finde :)
Ese vuelo pizpireto de las golondrinas... ^^ precioso, Max.
También disfruto con el nuevo aspecto de tu blog :) te ha quedado estupendo!! Besote y que feliz finde!!!
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